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consecuencias de la gota fría en la vega baja

Las roturas en la mota de Almoradí se convierten en una pesadilla para contener las inundaciones

  • Dos hombres caminan por las calles inundadas de Almoradí. Foto: PEPE OLIVARES

ALMORADÍ. El caudal del río Segura en la Vega Baja ronda los 100 o 90 metros por segundo y continúa bajando. Esta cantidad de aporte de agua no debería causar nuevos problemas. Sin embargo, contribuye al estancamiento al llegar a las zonas desbordadas. Además, las roturas y brechas que van apareciendo en varios puntos del caudal a lo largo del día contribuye a la incertidumbre por nuevas anegaciones y a que los servicios de emergencias tengan que poner esfuerzos ingentes para evitar más inundaciones. Almoradí, Dolores, Orihuela y todas las zonas afectadas de la comarca conocen de primera mano cómo las roturas de las infraestructuras en el río Segura les mantienen en vilo por las subidas del nivel del agua. 

En especial, la mota de Almoradí se ha convertido en un quebradero de cabeza para la CHS y los equipos que trabajan en su reparación y seguridad. Dos grandes roturas en estos días siguen manteniendo ocupados día y noche a los equipos de reparación. La primera de ellas ya se solucionó el sábado, pero ayer Almoradí amaneció con una nueva brecha de la mota junto a la anterior en el puente de Algorfa que provoca la salida de las aguas. La nueva rotura afecta a una zona aguas abajo del puente del río, en la margen izquierda, aunque esperan que no afecte de manera importante al término. Los técnicos de la CHS evaluaron la situación y y una posible evacuación de la pedanía de Heredades. Casi al mismo tiempo, en otro punto, esta vez en la provincia de Murcia, en la rambla de Huete, en Ceutí, se ha producido una rotura de unos 30 metros de la mota del río, aunque el nivel actual del río Segura impidió que el agua saliera el exterior.  

Anoche, sobre las 23 horas, cuando los trabajos ya estaban avanzados en Almoradí, desde el Ayuntamiento anunciaron que, de nuevo, volvía a ceder una parte del muro en el mismo lugar de la mota que estaba a punto de sellarse. Justo, esta incidencia surgió cuando quedaban pocos metros aunque los trabajos continuaron sin descanso. En ese momento participaban más de 30 volquetes de empresas civiles y maquinaria pesada de movimiento de tierras.

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