ALICANTE. La negociación política sobre el presupuesto del Ayuntamiento de Alicante para 2022 comenzó oficialmente este jueves. La vicealcaldesa y portavoz de Ciudadanos (Cs), Mari Carmen Sánchez, y la edil de Hacienda, Lidia López (PP), abrieron la ronda de entrevistas con los grupos de la oposición con una primera toma de contacto con los representantes del PSOE, Paco Sanguino y Miguel Millana, en la que ya se deparó una primera conclusión: la predisposición de los socialistas a favorecer que las cuentas prosperen, siempre que el equipo de gobierno tenga en cuenta sus planteamientos para descartar otras posibles alianzas y centrar la acción política.
Algunas de esas propuestas, que conllevarían una dotación global de 22 millones, se pusieron sobre la mesa en esa primera cita: la creación de un plan de un programa para incentivar el emprendimiento empresarial entre los jóvenes; otro para facilitar el acceso a la vivienda, tanto de compra como de alquiler; la creación de una Concejalía de Mayores para atender las necesidades de la tercera edad; y la implantación de mecanismos que permitan una participación ciudadana real incluso para decidir inversiones, como la puesta en marcha por el Consell con la primera experiencia de presupuestos autonómicos participativos.
En el encuentro, no hubo respuesta concreta sobre la aceptación o rechazo de esas medidas por parte de las representantes del bipartito. Simplemente se tomó nota, lo que dista mucho de traducirse en un compromiso. Eso sí, en esta ocasión, los representantes del PSOE ya advirtieron este jueves que acudían a la negociación con la lección aprendida y que no tolerarán meras promesas que puedan traducirse en incumplimientos, como ya sucedió con el acuerdo suscrito el pasado diciembre. "Esta vez, no se aceptarán más mentiras como las que el alcalde parece haberse acostumbrado como forma de hacer política", indicaron fuentes del PSOE consultadas por este diario. Es decir, que o el bipartito incorpora al menos parte de los planteamientos socialistas, o no se podrá contar con la participación de sus nueve concejales para que las cuentas se puedan aprobar en pleno.
Así que, por el momento, no hay nada decidido sobre cuál podría ser la posición a adoptar por el PSOE. Entre otros motivos, porque el bipartito no llegó a desgranar el contenido de su propuesta de planificación económica, más allá de que se deslizase que se trataba de un presupuesto que crecía respecto a las cifras de 2021. Y tampoco se garantizó cuál podría ser el momento en el que se prevé convocar el pleno extraordinario para debatir sobre ella, aunque Sánchez y López insistiesen en que se estaba tratando de cumplir los plazos para que dicha sesión pudiese convocarse antes de que concluyese el año. Lo cierto es que, para el PSOE, las fechas de la votación podrían resultar claves en el futuro de la negociación, ya que, de retrasarse, se podría ganar tiempo para la incorporación de aportaciones.
Al margen de ello, los representantes del PSOE consultados indicaron que en la reunión no se planteó una posible negociación vinculada a la modificación de la ordenanza de convivencia cívica en el momento en el que se someta aprobación definitiva, tras la presentación de alegaciones. Según las mismas fuentes, se trata de dos cuestiones distintas, aunque en el PSOE se admite la necesidad de cambiar el texto que quedó aprobado inicialmente en el pleno de noviembre con los votos de PP, Cs y Vox.