ALICANTE. La nueva Ordenanza contra la Contaminación Acústica de Alicante, conocida como la ordenanza del ruido, que el equipo de gobierno, el bipartito compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), prevé someter a la consideración del pleno este mes de marzo, como actualización de la normativa actual trata de proporcionar las herramientas adecuadas para evitar las emisiones sonoras que perturben el descanso y el bienestar de la ciudadanía, con la incorporación de las novedades legislativas acordadas desde que se aprobó el texto en vigor, de 1992.
Entre ellas, se regulan las condiciones específicas para que pueda acordarse la declaración de una Zona Acústica Saturada (ZAS): uno de esos instrumentos esenciales -que vienen reivindicando desde hace años los vecinos del Centro Tradicional y también los del Casco Antiguo, incluso a través de los juzgados- que permite la adopción de medidas tendentes a reducir niveles de ruido, como la suspensión de licencias para el desarrollo de actividades potencialmente generadoras de ruido (como las asociadas al ocio y la hostelería) o, incluso, la aplicación de restricciones a la circulación, si fuese necesario.
En concreto, el nuevo texto revisado y puesto al día a partir de la propuesta que se sometió a exposición pública en 2019 establece que, para que pueda acordarse esa figura, debe contarse con un informe sonométrico previo por un técnico competente en el que se acredite la superación de los niveles sonoros considerados como valores límite. Y, además, se señala que esa superación debe producirse al menos "dos veces por semana durante tres semanas consecutivas o, tres alternas en un plazo de treinta y cinco días naturales" con un exceso de 20 decibelios (dB) respecto al umbral máximo permitido para zona residencial.
Así, en uno de sus anexos, la propuesta de ordenanza señala que esos niveles límites en zona residencial serán de 65 decibelios en horario diurno y horario vespertino que bajan a 55 en horario nocturno. En zona de "predominio de suelo de uso sanitario, docente y cultural que requiera una especial protección contra la contaminación acústica", los valores propuestos son más reducidos: de 60 decibelios durante el día y la tarde y 50 durante la noche.
En el texto de la nueva normativa municipal se detalla que, en la hipótesis de que se produzca esa superación de niveles, procederá que se acuerde la declaración de ZAS "aun cuando cada actividad individualmente considerada cumpla con los niveles establecidos". Y, además, detalla que "la declaración de Zona Acústicamente Saturada perseguirá la progresiva reducción de los niveles sonoros en el exterior hasta alcanzar los objetivos de calidad sonora que les sean de aplicación".
También se concreta que la declaración será instada por el Ayuntamiento de oficio o tras petición instada por particular, y se detalla qué tipo de medidas pueden incluirse para conseguir la reducción de emisiones sonoras. De este modo, se especifica que podría acordarse la ya referida prohibición de circulación de alguna clase de vehículos o restringir su velocidad, o limitarla en determinados horarios, durante determinados períodos (coincidentes con aquellos en que se haya comprobado la superación de los objetivos de calidad); que se podría establecer una "reducción de los horarios de carácter temporal, en que se lleven a cabo las actividades que contribuyan a la superación, para el desarrollo de las actividades responsables, directa o indirectamente, de los elevados niveles de contaminación acústica; o que se podría implantar "vigilancia por agentes de la autoridad" en el área que se delimite como ZAS, en la línea de las medidas que el bipartito viene defendiendo que ya se han aplicado en zonas concretas como las calles del Casco Antiguo.