EL CAMPELLO. El restaurante El Gato Blanco acoge este sábado, 10 de mayo, una experiencia gastronómica única en su servicio de cena: un menú a cuatro manos al que han llamado El gato con alma, creado por Federico Pian, chef de la casa, y Ernesto Frutos, alma mater de Alma Cocina Viajera, el restaurante del Mercado de Churruca en Alicante.
Esta colaboración especial reúne a dos chefs con estilos distintos, pero complementarios, unidos por una misma filosofía: el respeto al producto y la búsqueda constante del sabor. El menú incluye creaciones como la caballa en salsa verde de hinojo y mostaza o el conejo deshuesado con avellanas y zanahoria encominada, firmadas por Frutos, y el tartar de vaca ahumada o el negre con salsa de ajo negro, elaboraciones de Federico Pian.
Con un precio de 43 euros, el menú incluye agua y pan, y ya puede reservarse a través de la web del restaurante. Las plazas son limitadas y se espera una alta demanda para este evento que celebra la creatividad, el producto de temporada y la cocina con identidad.
Dos grandes espadas de la cocina en Alicante
Federico Pian se formó en hostelería en la Escuela de Asti (Italia), inspirado por la pasión de su abuela, originaria del sur de Italia, y la creatividad de su madre. Tras trabajar en Florencia y Londres, dio el salto a España, donde se consolidó en cocinas de alto nivel como Neichel (2* Michelin), Les Magnolies (1*) y el Balneario Font Vella. Ya en Alicante, lideró la cocina de Monastrell participando en su traslado a la ubicación actual.
En 2021 inaugura El Gato Blanco, un local sencillo ubicado frente al mar en El Campello (Alicante), donde ofrece un menú degustación diario que varía en función de la materia prima que adquiere cada día en la lonja y el mercado. Desde su modesta cocina elabora platos que define como mediterráneos y emocionales, y reafirma su apuesta por la sencillez bien entendida, el respeto a los ciclos del producto, la cultura gastronómica mediterránea y el profundo disfrute del oficio.
Ernesto Frutos llegó a la cocina a los 31 años, impulsado por una emoción profunda hacia la gastronomía. Tras formarse en el Instituto Miguel Hernández y el CdT de Alicante, dio sus primeros pasos en Katagorri, para después hacer un exigente stage de seis meses en el triestrellado DiverXO. De vuelta a Alicante, pasó por cocinas como Lolita y Raïm antes de iniciar su propio proyecto: Alma Cocina Viajera, un pequeño local en el Mercado de Churruca que ha conquistado al público con una propuesta sincera, personal y cargada de identidad.
