BENIDORM. El XX Foro Internacional de Turismo de Benidorm centró esta segunda jornada del jueves en el cambio climático y la gestión medioambiental con sus consecuencias en el turismo. El catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, dejó clara su posición: habrá que tomar medidas para que los ayuntamientos adapten sus municipios a los fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes y desterró la idea de que el cambio climático vaya a suponer la eliminación del turismo de sol y playa asegurando que no tiene "fundamento científico".
Para ello, señaló que la proyección climática determina que habrá una mayor frecuencia de "eventos extremos", además de que será menos confortable "térmicamente hablando", y otra de las indicaciones que se pueden observar es que será menos lluvioso en el conjunto de la Comunitat Valenciana "pero con matices comarcales".
Al mismo tiempo, explicó que la subida del nivel del mar "no va a ser muy acusada", así, detalló que se prevé que en el 2060 haya como máximo una subida de 30 centímetros, no obstante, sí que se dará con mayor frecuencia "temporales". Como consecuencia, dijo Olcina, "afecta a la ocupación de las primeras líneas", por lo que les obligará a "reconsiderar la Ley de Costas de 2013 y todas las concesiones administrativas".
De este modo, señaló que los consistorios tendrán que tomar medidas para adaptarse a las nuevas circunstancias, representando un "gran esfuerzo económico" en asuntos como la mejora del sistema de drenaje y alcantarillado para que funcione de manera óptima porque considera que las ciudades no están preparadas "para el tipo de lluvia que está cayendo".
Con todo, abogó por "revisar todo el planeamiento municipal en el muy corto plazo. Hay ayuntamientos –añadió Olcina–que están trabajando con planes de los años 80, esto en el mundo sostenible no puede ser". Asimismo, cree que la pandemia ha puesto de manifiesto que puede haber un cambio en la manera en la que las personas se relacionan con la ciudad, por lo que instó a que fuera un contacto "más amable, con localidades más vivibles, con aceras más amplias, zonas más verdes, con menos presencia del vehículo y más del peatón".