ALICANTE. Un año más, la Categoría Especial de Fogueres mantiene el tipo. Diez comisiones volverán a competir en la élite de la fiesta alicantina, repitiendo la cifra de 2024. En un contexto económico aún tensionado por la inflación y la escasez de recursos, esta estabilidad se valora casi como una proeza. Plantar en Especial es cada vez más complejo, pero la ilusión, el esfuerzo colectivo y la búsqueda constante de fórmulas de financiación permiten sostener un modelo que, pese a sus retos, sigue siendo el mayor escaparate de la fiesta.
«Plantar en Especial es muy complicado: cada año los costes son mayores, las dificultades aumentan; mantener las diez comisiones ya es un éxito», afirma Josep Amand, presidente de la asociación Fogueres Especials. En 2025, la inversión conjunta de las diez fogueres se sitúa cerca del millón de euros —rozándolo, aunque sin alcanzarlo—, mejorando ligeramente las cifras del año anterior. «Estamos en los novecientos y muchos mil euros; hay avances, pero son pequeños, porque, sin ayudas extraordinarias, es difícil dar grandes saltos», matiza.
Una cifra que habla de resistencia
Cada comisión debe invertir un mínimo de 82.500 euros, aunque la mayoría lo supera. En esta edición destacan especialmente Florida Portazgo y Sèneca-Autobusos, que alcanzan los 110.000 euros. «Son cifras muy importantes para una fiesta popular y lo son más si se tienen en cuenta los sobrecostes que seguimos arrastrando desde la pandemia y la crisis de materias primas», afirma Josep Amand, presidente de la asociación Fogueres Especials: «Creo que es una cifra razonable», subraya.
- 'Tu-tuump', de Banyuls & Ruiz, para Port d'Alacant
Los costes y la creatividad
El precio de los materiales ha sido uno de los mayores quebraderos de cabeza de los artistas en los últimos años. En 2024 se llegó a hablar de un incremento del 100% en algunos casos. En este 2025, aunque la situación se ha estabilizado parcialmente, la presión se mantiene. «Parece que las subidas se han normalizado, pero seguimos acumulando incrementos. Y eso afecta a todo: no solo a la foguera, también a las luces, las infraestructuras o las actividades culturales».
Esa tensión presupuestaria tiene consecuencias visibles. «A veces se nota en el tamaño del monumento, otras en la espectacularidad o la complejidad técnica. Los artistas hacen verdaderas maravillas, son generosos y creativos, pero todo tiene un límite». Pese a ello, los proyectos para este año generan expectación: «Son ilusionantes. Hay variedad, riesgo, nuevas ideas… cuando estén plantadas en la calle, el público va a disfrutar de verdad».
El reto de la financiación
Uno de los grandes debates sigue siendo la financiación, y aumentar las cuotas de los foguerers no es una opción viable. «Cada familia tiene sus dificultades y, si subimos demasiado la cuota, podemos perder miembros; lo que queremos es crecer, sumar». Es por eso que las comisiones recurren a todas las vías posibles: más patrocinadores, convenios, actividades paralelas y, sobre todo, aumentar el censo. «Si una foguera suma veinte personas en un año, ya es un logro», afirma.
Ese crecimiento está llegando. El censo general de la Federació de Fogueres sigue aumentando y eso tiene mucho que ver con la labor de las comisiones. «El secreto está en ofrecer algo más que la fiesta; muchas tienen coros, grupos de playback, actividades culturales, convivencias; hay un componente social muy fuerte que atrae a la gente», describe. En paralelo, se sigue reclamando una mayor implicación institucional. «Nuestra relación con el Ayuntamiento y la Federació es buena, pero seguimos pidiendo que el consistorio cubra al menos un 33% del coste de las hogueras especiales; son las más visitadas, las más fotografiadas, el principal atractivo turístico, y no queremos más que nadie, pero sí que se nos valore».
- 'Somos vacío', de Carlos Carsí, para Florida Protazgo
Un cuarto de siglo
En 2025 se celebran veinticinco años de la creación de la asociación que agrupa a las comisiones de especial. Un cuarto de siglo defendiendo la excelencia artística, pero también peleando contra la precariedad estructural. «Nuestra asignatura pendiente es la financiación; seguimos buscando fórmulas, porque sin recursos es difícil mantener el nivel», sentencia.
