ALICANTE. Un informe sobre el efecto de la presión turística sobre la isla de Tabarca, elaborado por el Instituto de Ecología Litoral (IEL) y Soc Activa en mayo de 2022 a instancias del Ayuntamiento de Alicante, recomienda profundizar en su zonificación para el desarrollo de actividades, limitar el acceso a determinados espacios para procurar la protección de flora y fauna y ampliar y mejorar la oferta de alojamiento de modo que pueda estar en funcionamiento durante todo el año con el objetivo de desestacionalizar las visitas.
Con ello, se trataría de evitar el fenómeno de la saturación turística que se registra en momentos puntuales, básicamente durante los meses de verano, y las consecuencias negativas que ello supone desde el punto de vista de la sostenibilidad. No solo ambiental, sino también económica y social. En este sentido, el informe señala que "está extendida la idea de que la isla se encuentra saturada de visitantes durante el periodo estival, y un reconocimiento mayoritario que, en verano, tanto la satisfacción del visitante como la calidad de los servicios que se les proporciona, es mayor cuando hay una menor aglomeración de personas".
El estudio, que será objeto de análisis en la reunión de la comisión municipal específica sobre Tabarca este próximo lunes, descarta, eso sí, la aplicación de limitaciones de acceso a la isla -con un hipotético máximo de visitantes- sin llegar a concluir si, en la actualidad, quedaría sobrepasada su capacidad de carga (el volumen de visitas adecuado para la preservación de sus valores ambientales y para poder proporcionar servicios públicos ajustados a las necesidades de los desplazados). Sobre todo, porque no existiría un dato certero sobre el flujo real de turistas (que pernoctan) o excursionistas (de estancia con una duración inferior a un día) que recalan en la isla, más allá de las últimas cifras recogidas en un estudio elaborado en 2020, a partir de la capacidad de transporte de las tabarqueras disponibles desde Santa Pola, Alicante, Torrevieja o Benidorm. En concreto, en ese estudio se apunta que Tabarca "muy probablemente supera los 230.000 visitantes anuales, con picos diarios de hasta 7.500-10.000 visitantes", al margen del flujo de llegadas generadas a través del fondeo de embarcaciones de recreo, que se cifran en más de 150 en un solo día. Con todo, el estudio del IEL y Soc Activa llega a cuantificar el potencial volumen de visitas a la isla al cabo del año en 1.128.750 a partir de las plazas ofertadas por los sistemas de transporte disponibles desde Santa Pola, a lo que se añadirían otras 37.582 desde Alicante, con la oferta de desplazamientos que se genera entre abril y octubre.
En todo caso, el informe también apunta, respecto a la posibilidad de acordar limitaciones de acceso, que "el hecho de disminuir el número de visitantes, no necesariamente debe redundar en una disminución de los impactos. De hecho, muchas investigaciones han demostrado que muchos impactos del uso recreativo no dependen tanto del número de personas, sino de su comportamiento". En cualquier caso, sí se apunta al menos un dato de aforo máximo recomendado por lo que respecta a su playa, que se llega a cifrar en 925 personas. "Sirva la cifra simplemente como referencia puesto que para evaluar la presión sobre el recurso puede ser más útil emplear los datos sobre asistencias diarias de los servicios de salvamento y socorrismo", señala el estudio. Y subraya que "los partes de asistencia del año 2021 recogen la resolución de 1.679 incidencias en Tabarca frente a las 831 y 337 del Postiguet y Albufereta respectivamente".
Sea como fuere, a modo de recomendación principal, el informe opta por profundizar en dos cuestiones como alternativa a la limitación de visitas: la zonificación de las actividades recreativas y las restricciones de acceso a determinadas áreas especialmente sensibles al tratarse de zonas de nidificación de aves, por ejemplo. En esta línea, se recomienda "que se solicite su declaración como reserva de fauna a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, para poder prohibir el acceso a los islotes de La Galera, La Nao, y La Naueta".