Siempre que PP y Ciudadanos han cosechado malos resultados, ha aparecido el debate de la fusión. Sucedió tras las elecciones vascas de julio de 2020 y ha vuelto a pasara ahora con catalanas. Y si nada cambia, creo que este debate nos acompañará hasta la próxima cita electoral: ¿qué pasará con el centro derecha en el futuro? ¿qué partido quedará de bisagra del PP, Ciudadanos o Vox?
Está claro que las elecciones las marcan los ejes de debate. Y dentro de cada eje, hay diferentes apuestas, que el electorado sabe valorar en cada momento y con qué función. No descubro nada si digo que a veces se vota a un partido como castigo a otro. En las recientes elecciones había tres debates en liza: el soberanista, que lo ganó ERC, por la mínima; el izquierda/derecha, que lo ganó el PSC de manera holgada, y el territorial en el seno del centro-derecha, que lo ganó Vox. Cada uno con sus matices, y con sus contextos, y candidatos.
Entrevisté al catedrático Antonio Alaminos, dela Universidad de Alicante, ex director de Investigación del CIS, en abril de 2019, a las puertas de la doble cita electoral que tenía la Comunitat Valenciana; con unas elecciones generales convocadas tras la foto de la Plaza de Colón, y unas autonómicas, convocados por Puig para beneficiarse del aire a favor la esfera de Madrid. Alaminos vino a decir que volvía el bipartidismo; la fragmentación política iba a comenzar a menguar, y que sólo quedarían un partido como bisagra de los dos grandes. El PSOE ya resolvió esa disputa con Podemos, como se pudo ver en las dos citas de 2019, y el gran debate está/rá en la derecha. Posteriormente, se produjo la debacle de Cs y el resurgimiento y consolidación de Vox.
Podría decir que lo dijo Alaminos en esa entrevista se ha cumplido, al menos, en el flanco de la izquierda. Pero en contraprestación ha surgido otro elemento, no contemplado por el catedrático de la UA, que también se asentado en diferentes autonomías: el resurgimiento del nacionalismo/soberanismo periférico ha vuelto con fuerza en Galicia (con el BNG) y Euskadi (con Bildu) y no decae en Cataluña, como se pudo ver el domingo pasado, y se mantiene, quizás con no tanta intensidad, en la Comunitat, con Compromís y sus constantes refriegas con el PSPV. Ojo que ese nacionalismo periférico puede sustituir en algunos territorios a Podemos.