ALICANTE. Un complejo deportivo de 75.000 metros cuadrados con pistas para la práctica de fútbol, rugby, baloncesto y voley en la conexión entre los PAU 4 y 5 de Playa de San Juan. Esas son, a grandes rasgos, las características principales de la propuesta impulsada por las concejalías de Deportes y Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante para crear, en varias fases de ejecución, una nueva zona de equipamientos públicos en uno de los distritos que arrastra un mayor déficit de instalaciones deportivas. Se trata de uno de los complejos pendiente de la redacción de proyecto a los que se da cobertura en la primera modificación de crédito del presupuesto de 2021, con una dotación inicial de 300.000 euros, junto al proyecto de reparación del Pitiu Rochel y la redacción del proyecto para la construcción de otro pabellón deportivo en Tómbola, como avanzó este diario.
En concreto, las nuevas dotaciones previstas en el PAU 5 se situarían en el entorno del parque Sergio Melgares, configurando una suerte de bulevar que pueda completar y acondicionar el perímetro conformado formado por el propio parque, entre la avenida de las Naciones, la calle Fotógrafo Francisco Cano y el trazado del tranvía, de acuerdo con las delimitaciones incluidas en el Plan Director trazado por el gabinete de arquitectura La Herrería. El conjunto de ese ámbito de actuación tendría una superficie de 298.733 metros cuadrados.
Así, según han detallado el edil de Urbanismo, Adrián Santos Pérez y el concejal de Deportes, José Luis Berenguer (ambos de Cs), se prevé que la actuación pueda desarrollarse a través de una programación plurianual, con la que se pretende que al menos parte de las instalaciones deportivas (el campo de rugby y el campo de fútbol) puedan estar ejecutados antes de que termine este mandato, en 2023.
Tanto Pérez como Berenguer han precisado, en la presentación del plan director, que el conjunto de las instalaciones y de la regeneración del parque podría suponer una inversión próxima a los 8 millones de euros que se pretenden cubrir con cargo al presupuesto ordinario de 2022, con los remanentes de las cuentas de 2021 o con las aportaciones de fondos europeos de las que pueda disponer el ayuntamiento. "Nuestra prioridad era que el proyecto fuese realizable y ejecutable, huyendo de posibles trabas administrativas que acabasen haciéndolo inviable", ha enfatizado Berenguer.