ELCHE. Al bipartito ilicitano se le empiezan a abrir ciertas grietas en cuestiones importantes por diferentes posiciones. En este caso, principalmente por la eliminación del hormigonado del río Vinalopó, en el que Compromís ha mostrado su "decepción" con sus socios socialistas tanto en público como en redes sociales —donde intervino incluso la conselleria Mireia Mollà— ante su negativa a solicitar fondos europeos para este fin. Por su parte, los socialistas decían este viernes que "el Vinalopó no es el Manzanares", en respuesta a la visita que hizo la edil de Medio Ambiente Esther Díez. Un cruce de declaraciones o acusaciones que no romperán el equipo de gobierno, pero en las que en un año crucial, el último con un presupuesto del ejercicio completo, empiezan a tomar ciertas posiciones de cara a las elecciones del año que viene. Idéntico a 2018.
También en marzo de aquél año Compromís se fue distanciando del PSOE a nivel local por la gestión del Mercado Central —entonces aún sin tomar la decisión de romper el contrato—, aireando también diferencias con otras polémicas en torno a Radio Jove Elx. En cualquier caso, ambos se jugaban demasiado como para que eso supusiera romper el Ejecutivo: proyectos en ciernes y un presupuesto anual que gestionar. Una situación muy similar a la que se vive estos días, también con un escenario electoral a la vuelta de la esquina. El equipo de gobierno en su conjunto quiere acelerar para ir dejando atrás frentes más o menos encarrilados de problemas importantes con dispar resultado (Mercado Central, Nuevos Riegos El Progreso, restaurante del Parque Municipal...), e ir dejando encarrilados otros. Es aquí donde vuelven a salir las discrepancias, pullas incluidas. En este caso, a cuenta del cemento en el Vinalopó, el hotel de Clarisas o en menor medida, la deuda histórica del Consell por los terrenos de la UMH.