ALICANTE. Después de más de dos meses cerrado por la pandemia del coronavirus, el comercio de Alicante volvía este lunes a la vida y, tal como había vaticinado la federación de comerciantes Facpyme, lo hizo con un seguimiento de casi el 100%, al menos en las principales arterias de la capital alicantina. El termómetro del sector, la 'milla de oro' de Maisonnave, presentaba un aspecto muy similar al de cualquier otro día laborable antes del 14 de marzo, si se obvian las mascarillas y el cuidado de los clientes en mantenerse a distancia unos de otros.
La mayoría de establecimientos de la avenida levantaron la persiana (alguna franquicia de Inditex no lo hizo, como tampoco la escasa restauración que hay en la zona), y notaron una buena afluencia de público durante toda la mañana del lunes. En algunos casos, con llamativas colas a las puertas, fruto de la limitación de aforo y el control de acceso en los locales. Pacientemente, los clientes (sobre todo, clientas) se desinfectaban para acceder al interior a una seña del personal de seguridad que vigilaba el acceso.
Para cumplir con la orden del Ministerio sobre la reanudación de la actividad comercial minorista, algunos establecimientos especialmente amplios como Zara (que ocupa un edificio entero) habilitaron uno de los locales como 'zona de espera', sin productos ni maniquíes en los escaparates, y trazaron un circuito que los clientes debían seguir en el interior del establecimiento, acotado a solo 400 metros cuadrados, para limitar el contacto. Otros, como Mango, retiraron producto y precintaron la zona en desuso, al tiempo que trazaban también un 'circuito', mientras un guardia ofrecía gel hidroalcohólico a los compradores cuando llegaba su turno de acceder al interior.