ALICANTE. Ni es la primera vez que un alcalde de Alicante habla en público a una ciudad deportiva del Hércules CF ni tampoco la primera en que lo hace Luis Barcala, esta vez, además, tras manifestarse no muchas semanas antes el propio club por medio de su presidente y consejero delegado Carlos Parodi.
El caso es que este lunes, en el debate sobre el estado de la ciudad, el primer edil anunciaba que hay conversaciones avanzadas con el club de fútbol para crear a las puertas del barrio más habitado Alicante, la playa de San Juan, un “complejo integral de alto rendimiento” que sea “referente deportivo y social para la ciudad”. La misma se situaría sobre una superficie de 120.000 metros cuadrados en la Albufereta, concretamente en el entorno del CA Montemar, será sede de las escuelas deportivas y contará con un mini estadio con capacidad para 3.000 espectadores, otros campos de césped natural y artificial para fútbol 11 y 8, además de piscina cubierta y gimnasio.
Según Barcala, la misma sería resultado de la colaboración público-privada, por lo que el club blanquiazul deberá hacer gala de músculo financiero… y como cuando lo anterior sucede, en gran medida, es el bolsillo de Enrique Ortiz el que financia la operación, se imponía llamar a la puerta del empresario. Pues bien, a preguntas de Alicante Plaza, Ortiz reinteraba "el interés del club" en "sacar adelante el proyecto", que aseguraba que "se presentará en unas semanas", pero declinaba ofrecer más detalles de los dados por el alcalde.
Rico Pérez
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Por lo que se refiere al estadio Rico Pérez, Enrique Ortiz apuntaba que se mantienen abiertas todas las posibilidades respecto al futuro de la instalación, al tiempo que insistía en la necesidad de encontrar "una solución que satisfaga a todas las partes", empezando por el club y siguiendo por el Ayuntamiento y la Generalitat.
El empresario no escondía su desazón por el hecho de que "las obras de emergencia" que ha de llevar a cabo el Instituto Valenciano de Finanzas sigan pendientes de aprobación, pero confiaba en llegar "a un entendimiento más global" respecto al destino de un estadio para el que el punto de no retorno hace tiempo que ya pasó y pide a gritos soluciones globales.
