ALICANTE. Al Hércules 2024/25 se le ha hecho muy larga la competición. Tanto que en un mes ha pasado de optar a la clasificación para el 'play-off' de ascenso a LaLiga Hypermotion a pelear por la permanencia. El pasado domingo, no obstante encajar la decimosexta derrota en 37 jornadas, que se dice pronto, logró asegurarse la continuidad en Primera Federación, una categoría que no deja de ser la Segunda B de antaño, solo que repintada y con menos equipos.
Y en ella, en el año de su estreno, ha competido el Hércules con las mismas armas con las que lo hizo en cuarta, en Segunda Federación, más Oriol Soldevila. El objetivo declarado del club era consolidarse en Primera Federación, asegurarse matemáticamente la permanencia y luego ver qué margen había para pelear por algo más. Eso es lo que el secretario técnico Francisco Peña defendió en las dos comparecencias de prensa que ha protagonizado y tanto de lo mismo el entrenador Rubén Torrecilla en las bisemanales. El buen desempeño de los blanquiazules en la primera vuelta, que el equipo cerró en posiciones de 'play-off', llevó a todos a creer que se podía aspirar a más si el equipo se reforzaba convenientemente en unas determinadas posiciones, pero el cotarro ya lo había revolucionado semanas antes Enrique Ortiz cuando, en puertas del mercado de fichajes de invierno, dijo aquello de "tenéis que subir".

Ahora, después de ser el segundo peor visitante del grupo, perder más partidos que nunca en el tercer escalón del fútbol español, lograr salvarse casi por omisión, pero también tras estar en la pelea por al menos dos de las plazas que dan derecho a jugar 'play-off' hasta antes de ayer como quien dice, todos se lanzan reproches hasta el punto de que está en entredicho la continuidad del único técnico capaz de completar dos campañas al frente del equipo blanquiazul en lo que llevamos de siglo y cuya cabeza solo ha reclamado la afición (minoritariamente, por cierto) en las últimas semanas. También lo está de no pocos jugadores que sobrevivieron a la criba de un verano en la que las incorporaciones realizadas no han ofrecido el nivel esperado y a la de invierno, en la que no se puede decir que el Hércules se reforzara, tanto cuantitativa como cualitativamente. De esos polvos, los actuales lodos: un equipo que desde la derrota en Vila-real se ha dejado llevar, ha sumado solo cuatro de los últimos 21 puntos disputados. La idoneidad de Torrecilla es puesta en duda desde la secretaría técnica, pero también por el conjunto de asesores oficiosos de esta y, especialmente, de Ortiz, quien ya se sabe que cuando pulsa el botón...

Nada de lo que sucede es nuevo y probablemente por ello el primer equipo del Hércules está donde está y solo en el pasado curso se saltó la triste tradición (rivaliza ya con la de la ofrenda a la Santa Faz) de ver a los demás celebrar. Clubes que siempre le han ido a la zaga como el Eldense han tenido representación en el fútbol profesional las dos últimas campañas, mientras que el eterno rival, el Elche, hace tiempo que le adelantó por la derecha y ahora pelea por hacer lo propio en Primera División en la 2025/26 después de haberlo hecho ya nada menos que cinco temporadas en casi el mismo tiempo que el Hércules no roza la Segunda A.
Hablar de armar una estructura profesional, poner fin a la eterna carencia de medios personales y materiales e incluso patrimonializar el club con otra cosa que no sean acciones que no valen el papel en el que se imprimen se antoja ya un viaje a la Luna, pero no lo es tanto que los que toman las decisiones pongan fin al triste espectáculo de tirarse los trastos a la cabeza en público y se sienten a hacerlo en privado. Si para los que deciden Torrecilla no debe continuar con base al rendimiento del equipo en la segunda vuelta o de los fichajes que él realizó, porque no se le considera capacitado para hacerlo mejor con lo que hay o con lo que pueda tener, perfecto. Eso sí, que se hagan cargo también de sus errores, porque es verdad que al técnico se le puede reprochar que la mayoría de las incorporaciones que ha apadrinado no han estado a la altura, también que realiza valoraciones de los encuentros alejadas de la realidad de los mismos, apuesta por planteamientos excesivamente conservadores (y, encima, los números no le respaldan) e incluso ha llevado a cabo una gestión errática de la plantilla, pero no lo es menos que ni es el máximo responsable en la planificación deportiva (ojo, tampoco lo es Francisco Peña, pese a ser el secretario técnico), no puede jugar con dos nueves si solo tiene uno disponible (y no solo porque el delantero que vino de sus mano, Dani Romera, no haya estado a la altura más allá de un mes) y después de levantar de la lona a un equipo muerto y llevarlo a ser campeón de su grupo de Segunda Federación ha sido capaz de hacerlo competir al nivel de los mejores en una categoría por encima durante la primera mitad del curso (incluso sin uno de sus mejores futbolistas, Soldevila) e incluso superado el ecuador del mismo (cuando las bajas por lesión y sanción ya lastraban a los suyos).

Ahí está el rendimiento que han ofrecido tanto en la pasada campaña como en la presente los ‘Samu’ Vázquez, ‘Retu’, Colomina Artiles, Javi Moreno, ‘Nico’ Espinosa, Agustín Coscia e incluso el citado Soldevila. Su fichaje no habrá sido mérito suyo, pero cuesta creer que puedan dar más de sí con otro entrenador.
Como club histórico e histérico que es, en el blanquiazul ahora puede pasar de todo en relación a los protagonistas del próximo curso, empezando por el banquillo. Buena prueba de ello es que el pasado sábado jugaba como visitante, pero lo hizo en el estadio Rico Pérez, y (para variar) perdió, pero logró el objetivo de mantenerse. Aquí nadie es inocente, pero cuando se decidan que tengan a bien decirnos cuál era el objetivo para este curso, porque los hechos no respaldan las palabras: si la meta era salvarse, se ha conseguido y si bien la forma en que se ha logrado le resta mérito, también hay que tener en cuenta los obstáculos que ha habido que superar para alcanzarla; y si el objetivo era pelear el ascenso, no solo se hizo hasta donde se pudo, porque ni se acertó con los refuerzos en la ventana de verano ni en la de inverno se hizo lo necesario para revertir la situación. Que se aclaren de una vez y nos lo hagan saber a todos.