ALICANTE. La artista contemporánea alicantina Luisa Pastor Mirambell y la diseñadora eldense de calzado Sara Navarro exponen conjuntamente en la galería La Cometa, en Madrid, un proyecto donde ambas intercambian conceptos y elementos estéticos. Una aborda la lógica económica a partir de la deconstrucción de los planes generales de contabilidad, mientras la otra utiliza sus piezas artísticas para crear diseños de zapatos que materialicen sus conceptos. Calzado impregnado en arte que genera una nueva visión creativa para esta industria. Un proyecto común surgido de un trabajo de investigación que ahora se exhibe y se explica. Las dos creadoras participaron este miércoles, 22 de enero, en una charla con el público en la misma exposición bajo el título Una conversación entre los diseños de Sara Navarro y las obras de Luisa Pastor.
Sinergias artísticas
Se conocieron en un taller de creación de libros de artista del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, donde coincidieron en la misma mesa. Anteriormente habían hablado una vez, durante el proceso de compra de obras de arte del Ayuntamiento de Alicante, que adquirió piezas de ambas creadoras hace unos años, pero no se recordaban mutuamente.
La directora del instituto era entonces Pilar Tébar, ahora secretaria autonómica de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Ocupación de Cultura de la Generalitat Valenciana, quien las animó a conocerse y entablar sinergias creativas desde el punto de vista del diseño y el arte contemporáneo. “Nos llevamos muy bien y el curso fue una experiencia muy bonita”, recuerda Luisa Pastor.
Cada una estaba inmersa en sus propios proyectos y la diseñadora eldense de calzado expuso después en el Museo de Bellas Artes Gravina (Mubag) la muestra El arte como inspiración: la colección de Sara Navarro. Por su parte, Luisa Pastor seguía inmersa en sus Escrituras de la diferencia, un proyecto con el que el concepto de ‘valor’ en una obra de arte, a partir de los metales nobles como son el oro de 24 quilates y la plata pura de 999, que se incrustan a modo de lingote en sus habituales cuadernos de contabilidad deconstruidos. Proceso artístico con el que la autora propone un debate sobre la lógica económica.
Las dos acudieron a las presentaciones de ambos proyectos y, cuando Navarro vio la muestra de Pastor, le propuso iniciar una colaboración. “Realiza un boceto o un diseño de calzado, con un prototipo de madera, inspirado en la obra de un artista”, explica Pastor. Una propuesta que le gustó y desencadenó las sinergias con la galería madrileña La Cometa donde actualmente ella exhibe la muestra 24K. Escrituras de la diferencia. Dos proyectos que ahora dialogan entremezclando sus conceptos en el mismo espacio. La metamorfosis de los cuadernos de contabilidad y dieciséis modelos de zapato.“Me ha hecho mucha ilusión trabajar con Sara Navarro porque es una persona a la que admiro y que ha construido una trayectoria impecable haciéndose un hueco en el mundo del calzado. Trabajar con ella es muy fácil porque es una profesional, por lo que ha sido un aprendizaje constante”.
Zapatos que son obras de arte
No es una reproducción de la obra convertida en calzado, sino que el zapato tiene entidad propia como obra, inspirada en los conceptos abordados en la creación del artista. “Ella se ha basado en elementos estéticos que yo he trabajado, como el cuadrado, la condensación, el vacío, el oro o el color rojo inglés, para llevarlo a un lugar que yo desconocía, como es el mundo del diseño del calzado”, describe. “Yo trabajo la desarticulación del plan general de contabilidad desde hace tiempo y en el caso de mi última exposición lo he hecho hablando del valor dentro de la obra. En este trabajo conjunto lo hemos hecho añadiéndole valor, que es simbólico y económico, a través del oro y la plata de ley”, explica la artista.
Esa plata y ese oro son los que fluctúan dentro del último compartimento de cada pieza de Pastor, en esa condensación de varias cajas creadas con los cuadernos, de forma que, cuando da la luz, ese oro reverbera dentro de la caja. “El oro y la plata, combinados con el color cereza, tienen la capacidad de transportarnos a otro universo como es el del arte de Giotto, en el Duecento y Trecento italiano”, explica la autora.