VALÈNCIA. Las consecuencias de la terrible Dana sufridas por la Comunitat Valenciana continúan vigentes no sólo desde el punto de vista de la lenta y costosa reconstrucción, sino también en el ámbito político. El presidente de la Generalitat y líder del PPCV, Carlos Mazón, pese haber atravesado una semana relativamente tranquila si se compara con las anteriores, sigue en una situación de notable debilidad. No en vano los medios de comunicación autonómicos y nacionales mantienen el pulso informativo respecto al futuro incierto del jefe del Consell, incluso poniendo sobre la mesa posibles quinielas sobre una sucesión precipitada. En la otra orilla, el PSPV-PSOE anunció días atrás su intención de presentar una moción de censura si el presidente nacional de los populares, Alberto Núñez Feijóo, no se aviene a acometer un relevo en la Generalitat.
Curiosamente ambas situaciones obligan a mirar la bancada del Parlamento valenciano. Tal y como señala el estatuto de autonomía en su artículo 27, el presidente de la Generalitat será elegido "por Les Corts de entre sus miembros", lo que obliga a que en ambos supuestos (sustitución de Mazón tras dejar el cargo o moción de censura), el siguiente jefa del Consell debe escogerse entre los 99 diputados de la cámara.
Una circunstancia que obliga a poner la lupa en cada uno de los escaños de los dos grandes partidos, lo que permite extraer la conclusión de que los jefe de filas no suelen confeccionar -o mantener- las listas electorales pensando en este tipo de eventualidades. Prueba de ello es, pese a que muchas de sus señorías hagan un buen papel como parlamentarios, la dificultad de encontrar en ambos casos perfiles con la suficiente notoriedad y experiencia institucional para entregar la responsabilidad de presidir el gobierno autonómico.
En el caso del PPCV, la dirigente más destacada para el puesto sería, sin duda, la alcaldesa de València, María José Catalá, dado que ha ostentado diferentes responsabilidades en gobiernos autonómicos (fue consellera de Educación y portavoz en la etapa de Alberto Fabra) y ahora mismo se sitúa al frente de la tercera ciudad más grande de España. No obstante, cabe recordar que para sustituir a Mazón el PP debería contar con el apoyo de Vox, y no parece que Catalá sea el perfil que querrían apoyar desde el partido de Santiago Abascal, más allá de por la mayor o menor sintonía con la dirigente, por el mero hecho de que sería poner en bandeja a la formación popular el relevo más óptimo para sus intereses en el futuro: es decir, facilitarían que el PP superara una situación difícil potenciando a la que probablemente sería otra vez candidata en 2027. Demasiadas facilidades.
El problema es que, tal y como informó este diario, recurriendo al banquillo del PP en Les Corts no abundan ese tipo de perfiles. Ya no sólo por la propia confección de las listas realizada en su día por Mazón, sino porque varios de los dirigentes con escaño se les obligó a renuciar al acta para ser incluidos en el gobierno autonómico, lo que redujo la nómina de parlamentarios con mayor trayectoria para asumir un reto como la Presidencia de la Generalitat.
- Bancada del PP en Les Corts -
- Foto: EP/Rober Solsona
Así, algunos de los nombres que suenan son el exalcalde de Sagunto y vicepresidente pirmero de Les Corts, Alfredo Castelló, cercano a Catalá; o el portavoz en la cámara, secretario general del PPCV y alcalde de Finestrat, Juanfran Pérez Llorca, en este caso muy próximo a Mazón. No hay exconsellers en la bancada ni dirigentes de excesivo recorrido en gestión autonómica, aunque sí abunden alcaldes o exalcaldes de referencia como Eduardo Dolón (Torrevieja), Elena Bastidas (Alzira), Laura Chulià (Benetússer), Salvador Aguilella (Onda), Manuel Pérez Fenoll (Benidorm) o la presidenta de la FVMP, Paqui Bartual (Xirivella), entre otros; y también diputados con amplia experiencia parlamentaria como Verónica Marcos, Beatriz Gascó, José Juan Zaplana, Vicente Betoret o Fernando Pastor.
Mas posibilidades se observaban si se atiende a las listas iniciales elaboradas por Mazón, donde había algunos perfiles que quizá podrían haber resultado apropiados para una situación de relevo temporal, como es el caso del expresidente de la Generalitat Alberto Fabra; los ahora presidentes de la Diputación de Valencia y de Castellón, Vicente Mompó y Marta Barrachina; o los ahora consellers Ruth Merino o Miguel Barrachina, que dejaron el acta para ocupar sus puestos.
El PSPV, con un abanico reducido para la moción de censura
Pero si en el PPCV los perfiles obvios que pudieran relevar a Mazón no son demasiados, tampoco abundan en la bancada socialista para la tarea de encabezar la moción de censura que convirtiera a su autor en presidente de la Generalitat, dado que la actual líder de los socialistas valencianos, Diana Morant, no es diputada y por tanto queda fuera de la ecuación.
Así, los primeros nombres que parecerían lógicos para esa empresa son los del portavoz en Les Corts, José Muñoz; Toni Gaspar, por su condición de expresidente de la Diputación, o María José Salvador, en su día consellera de Vivienda y Obras Públicas. Más allá de estos nombres, existen otros con experiencia en el ámbito local como José Chulvi, exalcalde de Xàbia; en el segundo escalón del Gobierno autonómico, como Xelo Angulo, o en otras instituciones como el expresidente del Puerto de Castelló, Xavi Simó, pero tampoco se prodigan los parlamentarios con una extensa experiencia política y de gestión para situarse como opciones para presidir la Generalitat, aunque todo apunta a que la moción de censura no obtendría los apoyos necesarios.
- Bancada socialista en Les Corts -
- Foto: EP/Rober Solsona
Tal y como ocurre con el PPCV, aunque en este caso incluso de forma más acentuada, los socialistas tendrían una mayor variedad y oferta si se recuerdan las listas iniciales; aunque el entonces líder, Ximo Puig, fuera en cierta medida criticado por la composición realizada en su día. En este sentido, además del propio expresidente, cabe recordar que dirigentes como los exconsellers Arcadi España y Rebeca Torró, que además era la portavoz, dejaron pronto sus actas para convertirse en secretarios de Estado en el Gobierno de Pedro Sánchez. Algo que también hizo recientemente la exconsellera y vicepresidenta de Les Corts, Gabriela Bravo, en este caso para regresar a su carrera judicial.
Una serie de ejemplos de ambos partidos que ponen de manifiesto las dificultades de reacción ante una eventualidad política como la acontecida en la Comunitat Valenciana a raíz de la Dana, pero que también suponen un toque de atención a los criterios que suelen utilizarse a la hora de confeccionar las listas -o forzar bajas- por parte de los líderes, que no tienen en cuenta la necesidad de planes B ante situaciones imprevistas.
