ALICANTE. La cuenta atrás para el traslado de la Torre Placia ya está en marcha. En realidad, el inicio efectivo de los trabajos solo aguarda un último trámite administrativo: la concesión del permiso de arqueología que debe conceder la Dirección Territorial de la Conselleria de Cultura. A priori, esa autorización (que ya se había prestado, pero ha tenido que ser renovada al haber expirado su validez desde el momento en el que se concedió) debería despejarse a principios del mes de septiembre.
Será entonces cuando se acelere el proceso, 20 años después de que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) certificase que las viviendas de la urbanización Azalea Golf se construyeron de manera irregular en 2000, al invadir el perímetro de protección necesario para procurar su conservación como parte del Bien de Interés Cultural (BIC) que conforma el conjunto arquitectónico de edificaciones defensivas identificadas como las Torres de la Huerta.
Lo cierto es que los preparativos previos a ese traslado ya han comenzado con la limpieza del solar de su ubicación original, y el que albergará la torre tras su desplazamiento: una parcela de titularidad municipal encuadrada entre las avenidas Pintor Pérez Gil y Conrado Abaladejo y la calle Juana Francés en la que el monumento quedará contextualizado, incluso, con la reproducción de los caminos que le servían de acceso en su emplazamiento histórico, hoy desaparecidos.
Es más, también se prevé dejar constancia de la casa agrícola o alquería que se construyó como edificación anexa a la torre, en el siglo XVIII, al remarcar e identificar el perímetro de la huella que ocupaba esa construcción sobre la superficie de la parcela de destino del monumento, según relatan los arquitectos responsables de la redacción del proyecto de traslado, Julián Esteban Chapapría y Elisa Moliner Cantos.