ALTEA. La operación contra la red dedicada al blanqueo del dinero de mafias de origen ruso, destapada esta semana en la Marina Baixa, ha desvelado que la estructura criminal tenía conexión con algunos funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que entre los 23 detenidos figuran tres agentes. Se trata de un inspector de la Policía Nacional y dos guardias civiles, entre ellos el teniente jefe en Altea. Pero también en la política comarcal, pues dos de los detenidos -y posteriormente, liberados- son un concejal y otro ex concejal del PP. Uno de Altea, y otro de Benidorm.
Esa red sitúa en el centro al ciudadano ruso Alexey Shirokov, un joven afincado en la urbanización Altea Hills, en la que viven muchos conciudadanos, y con buenas relaciones con destacados miembros del PP local; con el concejal de Seguridad de Benidorm, Lorenzo Martínez y con jefes policiales, algunos de ellos, detenidos. En el auto en el que el juez titular de juzgado número 1 de Benidorm decreta el ingreso en prisión de Shirokov, se le define como un conseguidor "que goza de amplios contactos no solo en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado -Policía Local, Policía Nacional y Guardia Civil de Altea- sino también entre la administración española y en la política al ser militante y pretendido lobbysta del PP de Altea".
Según el auto judicial, Shirokov utilizaría esos contactos para crear una red clientelar de favores entorno suyo, tanto para él como para sus negocios inmobiliarios, a través de constantes regalos. El objetivo, según relata el auto, sería que sus superiores jerárquicos pudieran llevar a cabo sus inversiones sin ser molestados y a su vez, poder blanquear dinero. "Las operaciones comerciales aparentando ilegales que lleva a cabo Alexey son numerosas, son mantenidas por él con dinero suyo, o de clientes rusos", explica el texto judicial.
Y en este contexto se cita un primer proyecto para instalar un camping en Altea o el intento de abrir un restaurante en Ibiza. Más tarde, con la posibilidad de adquirir 52 viviendas o de cómo canalizar una inversión de 4 millones de euros en Girona sin que aparezcan los verdaderos autores de la inversión. Y el modus operandi siempre es el mismo, según detalla el juzgado: mantener buenas relaciones con las Fuerzas y Seguridad del Estado y con los políticos locales, haciéndoles regalos, para crear una red clientelar que le proporcione grandes beneficios en sus relaciones comerciales". Entre ellos, 20 botellas de vino para funcionarios del Ayuntamiento de Altea y para la Guardia Civil.