ALICANTE. Segunda mascletà del concurso pirotécnico de Fogueres con carga concentrada en su tramo final. Esa ha sido la característica esencial del disparo ofrecido por Pirotecnia Turis en la Plaza de Luceros de Alicante, en su participación en la trigésimo sexta edición del certamen, que ha vuelto a concentrar a millares de personas en las inmediaciones de la plaza, al margen de distintos representantes institucionales.
Entre ellos, el presidente de la Diputación, Toni Pérez, que ha vuelto a estar arropado de varios diputados provinciales; el alcalde de Alicante, Luis Barcala, y la mayor parte de los concejales del equipo de gobierno (Julio Calero, Nayma Beldjilali, Cristina Cutanda, Lidia López, Begoña León y Ana Poquet), además de una nutrida representación de ediles de la oposición (Ana Barceló, Emilio Ruiz, Trini Amorós, Raúl Ruiz, Silvia Castell, Victoria Melgosa, Carmen Robledillo, Mario Ortolá, Óscar Castillo, Juan Utrera, Rafa Mas y Sara Llobell).
Además, también han acudido el secretario general del PSOE en la provincia de Alicante y alcalde de Elda, Rubén Alfaro, y el alcalde de Elche, Pablo Ruz, así como representantes empresariales como el director de Aguas de Alicante, Sergio Sánchez, o el gerente del organismo tributario de la Diputación, Suma, José Antonio Belso.
La mascletà de Pirotecnia Turis ha arrancado con un traca valenciana de 50 metros, con claro aroma a tradicional. El disparo, con 105 kilos NEC, ha durado 6' 36'' minutos y el pico máximo de decibelios ha llegado a 126,4. El clasicismo de los 50 metros de traca valenciana ha continuado con cinco principios aéreos en la parte inicial de la mascletà. Éstos, en cada uno de ellos, han combinado diferentes efectos pirotécnicos como truenos de aviso de distintos calibres, silbatos, serpentinas de colores, crackers y chicharras. Esta parte aérea ha culminado con una fase digitalizada y un golpe seco, que ha hecho entrar de lleno a los millares de espectadores en lo que se ha podido escuchar a continuación.
La parte central de la mascletà la han conformado cinco retenciones clásicas que han ido in crescendo. Todas ellas acompañadas por un fuego aéreo como antesala de un terremoto final con un incremento progresivo de la potencia y un final aéreo con serpentinas y truenos de aviso en dos fases. Todo, antes de un golpe final digitalizado con truenos terrestres y nuevo golpe aéreo hermético final.