ALICANTE. Un polo cultural con museo y espacio polivalente para eventos entre Campoamor y San Antón, nuevos equipamientos deportivos en la Avenida de las Naciones y el barrio de Los Ángeles y la ansiada Ciudad Deportiva del Hércules. Esos son los tres ejes esenciales del Alicante del futuro planteado por el alcalde, Luis Barcala, este lunes, durante la intervención final con la que se cerró el llamado debate sobre el estado de la ciudad: el pleno de carácter extraordinario que se celebra año tras año para rendir balances, analizar necesidades y plantear propuestas.

Esa exposición de proyectos se convirtió en toda una declaración de intenciones sobre el modelo de ciudad por la que el Partido Popular (PP) prevé apostar tanto en lo que resta de mandato, como en el próximo, en el supuesto de que el electorado apueste por consolidar su gobierno tras las municipales de 2027. El mensaje que se pretendía trasladar era que existe proyecto e ideas por ejecutar para promover la transformación urbana "que ya hemos iniciado", según sostuvo el mismo Barcala. Con todo, lo cierto es que la mayoría de esos planteamientos no se habrían aterrizado, por lo que ofrecen todavía demasiadas incógnitas que ya han suscitado los recelos de los grupos políticos que ejercen funciones de oposición hasta el punto de tildar esas iniciativas de "humo".

¿Qué es lo que se sabe de cada uno de esos planes? En primer término, respecto al polo cultural que Barcala identificó como 'Alicante Nuevo Centro', solo ha trascendido como elemento prioritario que comprenderá la creación de un futuro museo en los espacios ya rehabilitados del complejo de Las Cigarreras, en la antigua fábrica de Tabacos. Nada se ha definido sobre qué superficie ocupará entre las estancias ya recuperadas del entorno de la Casa de Misericordia. Tampoco se ha precisado cuál será su contenido concreto, ni su posible especialización. Y nada se sabe del presupuesto del que se dispondría para ponerlo en marcha. Por ahora, solo se ha señalado que tendrá una dimensión internacional. En todo caso, se trata de la actuación entre el conjunto de planes anunciados que ofrecería una mayor inmediatez, toda vez que su creación no estaría condicionada por la realización de grandes obras -más allá de la adecuación de las salas que lo alberguen a las necesidades expositivas-, ni a la autorización de otras administraciones. De algún modo, el equipo de gobierno tendría carta blanca para operar, puesto que ya es propietario del espacio y no se requiere de trámites adicionales de compra o de adaptaciones urbanísticas.

Lo mismo sucedería respecto a la rehabilitación del edificio de la Plaza de Toros: otro inmueble de propiedad municipal sobre el que el Ayuntamiento puede decidir, siempre que la intervención planteada se ajuste a las condiciones de conservación del edificio, reconocido como Bien de Relevancia Local (BRL) e incluido en el catálogo de protecciones aprobado provisionalmente hace cinco años. De hecho, así lo recordó la portavoz municipal del PSOE, Ana Barceló, este martes, al apuntar que "el Ayuntamiento llegó a suspender licencias en el entorno del coso taurino para redactar mientras tanto un plan director de ordenación de esta zona de la ciudad, pero eso es algo que nunca se hizo y, por tanto, decayó esa suspensión de licencias". En este sentido, señaló que, durante el pasado mandato, el exconcejal de Urbanismo, Adrián Santos Pérez, "explicó que la Plaza de Toros está dentro del catálogo de protecciones y, por tanto, no se podía redactar ese plan director hasta que no estuviera, efectivamente, protegida mediante ese instrumento". Así, indicó que "Barcala nos anuncia ahora que sin aprobar ese catálogo de protecciones" de forma definitiva "se quiere dedicar la plaza de toros a otros usos" por lo que sostuvo que "tiene que aclarar si va a aprobar ese plan, si le afecta la Plaza de Toros y cuándo va a aprobar el plan director y suspender licencias, porque sin eso no podrá hacer nada y lo que se está vendiendo es humo", consideró.
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Sea como fuere, al margen de ese requisito de catalogación y de determinación de usos a través de un plan director, lo cierto es que el propósito esbozado este lunes por el alcalde con el que se pretende convertir en un espacio polivalente capaz de albergar eventos culturales y conciertos durante todo el año no saldrá gratis. De hecho, el planteamiento no es nuevo y el equipo de gobierno ya dispone de estudios previos que cifran la inversión necesaria para posibilitar ese uso multidisciplinar en cerca de once millones, ya que se incluiría la cobertura del edificio con un sistema retráctil, que permitiría dejarla al descubierto en los momentos en los que se considerase indicado.

Más complejo todavía resulta el tercer vértice de ese polo cultural: la mejora de las prestaciones del Adda con la construcción del aparcamiento subterráneo que ya se planteó en el momento de la construcción del edificio. Por el momento, solo ha trascendido la disponibilidad de un anteproyecto en el que se daba cabida a cerca de 600 plazas en dos plantas subterráneas, que debería adaptarse a las novedades normativas en aspectos como la accesibilidad, por ejemplo. Además, la parcela en la que quedaría emplazado ese equipamiento estaría repartida entre dos propietarios: la Diputación, que asume dos tercios del total de la superficie prevista, y el propio Ayuntamiento, que dispone del tercio restante. Esa circunstancia comprende que, para su ejecución, deba establecerse un acuerdo de colaboración entre las dos administraciones sobre la cesión del suelo. Y, además, que se pacte cómo y quién debe asumir su coste.

Y tampoco resultaría fácil el cuarto pilar de esa propuesta: la peatonalización de la calle San Vicente. En este caso, al margen de contar con fondos para ejecutar las obras, la dificultad residiría en la reorganización de la movilidad en todo su entorno, sin que se haya despejado todavía si se optaría por su cierre al tráfico de forma completa, o si se permitiría el acceso del transporte público. Por lo pronto, los coportavoces del equipo de gobierno, Cristina Cutanda y Manuel Villar, apuntaron este martes, en la comparecencia semanal en la que se da cuenta de los acuerdos adoptados en Junta Local, que ya existen estudios de tráfico en los que se tendría en cuenta opciones para la redistribución de la circulación. Y, además, apuntaron que no se renuncia a la recuperación del edificio de la actual Comandancia de la Guardia Civil con fines culturales, en el momento en el que se construya la futura Comandancia prevista en terrenos municipales situados en Rabasa y se pueda ejecutar la permuta de propiedades, lo que añadiría un coste adicional para acondicionar ese inmueble como proyecto complementario a la personalización.

Sea como fuere, el grupo municipal de Compromís ya ha alertado de la posible incidencia sobre el servicio de transporte público en autobús que conllevaría el cambio de régimen circulatorio, puesto que por esa vía discurren hasta nueve líneas. De ahí que su portavoz municipal, Rafa Mas, solicitase este martes por registro tener acceso a la documentación sobre la propuesta, y que recriminase que no se haya ejecutado otros proyectos ya comprometidos previamente como la reurbanización del barrio de San Antón, entre otros. Es más, se cuestionó por qué no se había optado por ejecutar la peatonalización ya planificada el pasado mandato sobre los ejes de la Rambla, las calles Gerona y Teatro y la Plaza de la Muntanyeta en lugar de apostar en primer término por la calle San Vicente.

Instalaciones deportivas

¿Y qué perspectivas se manejarían para promover los equipamientos deportivos? El complejo previsto en la avenida de las Naciones, entre los límites del PAU 4 y el PAU 5 de Playa de San Juan, también quedaría supeditado a la disponibilidad presupuestaria, toda vez que se trata de un proyecto que podría extenderse sobre una superficie global de 300.000 metros cuadrados, según el anteproyecto dado a conocer durante el pasado mandato. De acuerdo con la primera pincelada apuntada por el alcalde este lunes sobre el planteamiento actual, ese complejo dispondría de un gran campo de fútbol, pistas polideportivas y pista de atletismo. Y, además, permitiría configurar una gran zona verde.

Por el momento no se ha anticipado qué inversión resultaría necesaria para acometer su desarrollo. Y está por ver si podría optarse por algún mecanismo que permitiese agilizar y aliviar la carga financiera para la administración, como la fórmula de colaboración público-privada que se pretende poner en práctica en el caso de la Ciudad del Baloncesto promovida por la Fundación Lucentum en suelo municipal, situado entre la Vía Parque y la Gran Vía, a la altura de la calle Polop, que ya cuenta con la calificación de dotacional deportivo, por lo que no resultará necesario acometer ninguna modificación de planeamiento.

La segunda de las dotaciones deportivas perfiladas por el alcalde sobre terrenos del eje de la Vía Parque, a la altura del barrio de Los Ángeles, resultaría menos gravosa para el Ayuntamiento, toda vez que se contaría con el compromiso de financiación de la Generalitat, según detalló el mismo primer edil. En este caso, se trataría de la construcción de un centro destinado a la mejora del rendimiento deportivo y la tecnificación que albergará instalaciones cubiertas para algunas disciplinas como son el bádminton, el tenis de mesa, el judo y el remo. En ese caso, la administración local se limitaría a poner el suelo a disposición de la Generalitat para que asumiese la realización de las obras. Ahora bien, todo dependerá de la capacidad presupuestaria autonómica. Y todo parece indicar que su construcción comprendería los plazos administrativos habituales, con varios años de recorrido por delante.

Por último, se situaría la Ciudad Deportiva del Hércules, que se extendería sobre 120.000 metros cuadrados de superficie, situados a espaldas de las instalaciones del Club Atlético Montemar, que pertenecen a la familia Ortiz, responsables del Grupo Cívica. En este caso, en principio, la actuación tampoco sería a corto plazo, toda vez que se trata de terrenos con la consideración de suelo rústico común, por lo que resultaría necesaria su recalificación. Bien a través de una modificación puntual del PGOU vigente, o con la redacción del nuevo Plan General, ahora en fase de redacción. Con todo, el Hércules CF entiende que no resultaría necesario llevar a cabo esa modificación de planeamiento, y que bastaría con que la Conselleria de Medio Ambiente aprobase la figura urbanística de la Declaración de Interés Comunitario (DIC) para que el proyecto fuese viable, al margen de que también resultase necesario analizar su integración para descartar posible afección sobre el BIC de las Torres de la Huerta. En todo caso, la aportación municipal en esa iniciativa sería puramente administrativa, de impulso de ese cambio urbanístico, que después debe ratificar la Generalitat, al margen de la concesión de licencia de obra, toda vez que el coste de construcción de las instalaciones correría a cargo de la propiedad del Hércules.

En principio, la información que ha trascendido hasta ahora es que el complejo incluiría un miniestadio con capacidad para 3.000 espectadores, campos de fútbol, piscina cubierta, gimnasio e, incluso, una residencia para deportistas con cerca de 120 plazas. Su planificación y proyecto sería responsabilidad del club de fútbol, con el que, según insistió este martes el vicealcalde y coportavoz del equipo de gobierno, Manuel Villar, se tendrían "conversaciones muy avanzadas" hasta el punto de concretar que ya existe al menos un anteproyecto redactado, y que la propuesta no consistía únicamente en una infografía.

Con todo, esa propuesta ya ha disparado la alerta entre los grupos de la oposición. La portavoz municipal del PSOE, Ana Barceló, exigió este martes explicaciones al alcalde sobre el procedimiento a seguir para que pueda llevarse a cabo ese proyecto. "Nos llama poderosamente la atención que sea el alcalde quien ha hecho este anuncio, cuando se sabe que está en terreno rústico y se necesita recalificar el suelo a través de un acuerdo de pleno. ¿El alcalde ya sabe que va a conseguir esa modificación? Hay muchos interrogantes y queremos la máxima transparencia sobre esta operación. No deja de ser escandaloso que el alcalde venda un proyecto privado sobre suelo que no está calificado como dotacional porque ahora es rústico", señaló.

Y en parecidos términos se pronunció la edil de Compromís, Sara Llobell, quien señaló que resultaba "curioso ver cómo Barcala ha decidido supeditar su programa de infraestructuras deportivas a los intereses privados, porque eso no es colaboración público privada. Es volver a los tiempos de Sonia Castedo, cuando todo en este Ayuntamiento se decidía al dictado de Enrique Ortiz". "En el debate del estado de la ciudad, con un folio y una imagen generada por IA, el PP presentó lo que llaman la nueva ciudad deportiva del Hércules. Pero detrás de eso no hay proyecto ni planificación. Solo hay otro anuncio fantasma al servicio de los de siempre. Más nos hubiera valido que Barcala anunciara que la Generalitat va a reformar el estadio Rico Pérez", concluyó.