ALICANTE. La histórica heladería ‘Peret’, situada en el extremo norte del Paseo de La Explanada de Alicante, echa el cierre. El establecimiento inaugurado en 1916 por la familia Fuster (ya desvinculada del negocio actual) agotó este lunes las últimas horas de actividad permitida y, de hecho, bajó la persiana, una vez agotados los diez días de gracia en los que podía permanecer operativo desde el momento en el que se produjo la notificación del decreto de desalojo por parte de la Concejalía de Ocupación de Vía Pública.
Fuentes municipales consultadas indicaron que la heladería no dispone de autorización para poder vender productos a partir de este martes, con lo que, en principio, el cierre acordado este lunes debería ser definitivo. En todo caso, en el supuesto de que se produjese una hipotética reapertura, los titulares de la empresa gestora (Kiosco Peret) quedarían expuestos al precinto de las instalaciones por parte de la Policía Local, además de a la apertura de un nuevo expediente sancionador que podría conllevar la imposición de multa.
El decreto de desalojo, notificado de forma oficial el pasado 17 de abril, se fundamentaba en la concurrencia de un incumplimiento contractual por parte de la empresa concesionaria del edificio de titularidad municipal, toda vez que arrastraba una deuda de más de 131.000 euros por el impago del canon acordado en 2015, cuando Kiosco Peret renovó por última vez el contrato de explotación del recinto.
Ese impago se arrastraba desde los ejercicios de 2021 a 2023. Y se extendía, además, a las cantidades adeudadas por la tasa de la recogida de la basura y por la tasa de veladores, como informó este diario. De hecho, el impago de ese último concepto motivó que se dictase una orden de clausura del espacio anexo habilitado como terraza.
El expediente de resolución de la concesión se inició en octubre de 2023. Con todo, los plazos conferidos en el trámite de audiencia para la presentación de alegaciones, y la emisión del informe del Consell Jurídic Consultiu (CJC) que resultaba preceptivo para promover la rescisión, han acabado alargando el proceso de retirada de la explotación del quiosco hasta ahora. A esos plazos se añadió, además, un contratiempo inesperado: el error en el envío de ese dictamen, que fue remitido inicialmente a la Universidad de Alicante (UA) y no al Ayuntamiento.
Cierre a fin de concesión
A la postre, ese conjunto de circunstancias ha propiciado que el fin de la explotación vaya a producirse a menos de dos meses de que venza la duración de los diez años de concesión de los que disponía la empresa desde el pasado 2015.
En cuanto se produzca el desalojo efectivo, con el vaciado del mobiliario instalado en el quiosco, el Ayuntamiento volverá a sacar su gestión a concurso en una nueva convocatoria por un tiempo de entre ocho y diez años, según fuentes municipales. En la licitación, se planteará que el quiosco siga teniendo uso como heladería especializada en productos artesanales tradicionales. A priori, no se prevé exigir ningún otro requisito especial más allá del mantenimiento de sus infraestructuras actuales, como la zona de sombra reservada para la disposición de su terraza anexa.