ALICANTE. Las piezas para la conversión de las antiguas naves de Amaro del Puerto de Alicante en un hub digital comienzan a encajar. La Conselleria de Innovación acaba de activar la cuenta atrás para poder ejecutar las obras de transformación de ese complejo industrial con el lanzamiento del proceso de contratación sobre la redacción del proyecto. La convocatoria de ese primer concurso solo espera ya el informe favorable de la Abogacía de la Generalitat, toda vez que ya se han cerrado sus pliegos y se ha liberado el presupuesto necesario. En concreto, esa primera intervención supondrá un desembolso de 232.569,85 con la obligación de que el proyecto esté concluido en un plazo de seis meses.

A partir de ahí, se licitará el contrato para la ejecución de las obras de rehabilitación y remodelación, para las que se ha estimado ya un presupuesto de 4.409.396,27. Eso sí, no se dispone aún de un calendario aproximado para su realización. Ni tampoco consignación económica asignada para sufragar esos trabajos, como sí sucede con el importe reservado para la redacción del proyecto en los presupuestos de este ejercicio, aprobados este miércoles. A priori, las obras deberían quedar contempladas en las cuentas de 2026 con el fin de que pudiese abordarse uno de los principales proyectos contemplados por el departamento autonómico que coordina Marián Cano para la ciudad de Alicante, como evolución de la propuesta promovida por el Consell del Botànic en el edificio de Distrito Digital construido sobre el muelle 5.

De hecho, el hub digital sobre las naves de Amaro se concibe como una evolución de ese proyecto inicial, diseñado para acoger la sede de empresas tecnológicas y que, en esencia, ha acabado albergando al grueso de trabajadores de la propia conselleria tras la reubicación de las compañías que lo ocuparon tras su puesta en funcionamiento. De este modo, el hub digital se plantea como un contenedor reservado para habilitar espacios de aprendizaje, de investigación, de laboratorios para el ensayo de proyectos, para situar demostradores de contenidos digitales y tecnologías disruptivas, y para impartir formación en competencias digitales, según detalla la propia memoria de necesidades del proyecto.

En suma, se pretende generar un ecosistema demostrativo y formativo que también contemplará el asentamiento de startups y la instalación de empresas ya consolidadas con las que puedan generar sinergias, y puedan involucrarse en proyectos colaborativos, sin dar pie a una suerte de coworking o de oficinas administrativas. Para ello, se contaría con el respaldo del personal de la Conselleria de Innovación o incluso del apoyo del campus formativo de la Cámara de Comercio, en su nueva sede también situada en el sector de Poniente, en el edificio de Panoramis. 

Cerca de 5.000 metros

El complejo que acogió la antigua conservera, propiedad del Puerto de Alicante, se asienta sobre una parcela de 4.553 metros cuadrados y dispone de 3.229 metros de superficie construida. Se compone de un conjunto de naves industriales antiguamente destinadas al almacenaje y congelación de pescado, que se construyeron en 1959, aunque se sometieron a una ampliación posterior, en 1962. La misma memoria de necesidades por la que se justifica la licitación del proyecto detalla que el complejo se estructura en una serie de naves industriales con planta en forma de 'L' y patio central con muelle de carga, a los que se añade un edificio de dos plantas con uso de oficinas. El conjunto industrial está incluido en el catálogo de protecciones de Alicante en el que se delimita que las naves tienen un nivel de protección general parcial

Innovación consideró que se trataba de un emplazamiento idóneo para promover ese centro dedicado a la investigación, la formación y la experimentación tecnológica por su proximidad al centro de la ciudad, su "interrelación con las redes de transporte" y sus "facilidades para el acceso". De ahí que, en noviembre de 2023, se sucribiese un convenio con la Autoridad Portuaria por el que el inmueble quedó a disposición de la conselleria por un plazo de treinta años, prorrogables por otros cinco.

Al margen de su puesta en marcha, ya se ha diseñado una segunda fase para ampliar ese hub que se extendería sobre el entorno del antiguo barrio de Heliodoro Madrona con el objetivo de que ese espacio también se destine a la acogida de empresas vinculadas a la innovación tecnológica que requieran de instalaciones en las que testar sus desarrollos. Cuando menos, esa es la hoja de ruta en la que se viene trabajando de forma coordinada con la intervención de Innovación, de la Autoridad Portuaria, la asociación Alicante Port Innova y el mismo Ayuntamiento de Alicante.