ALICANTE. La compañía especializada en la producción acuícola con sede en Alicante, Aquaculture, abre su radar y amplía objetivos para su primera piscifactoría en tierra, antes incluso de su puesta en funcionamiento a pleno rendimiento. Lo hace en una doble vertiente. Primero, en lo que concierne a las líneas de comercialización de su cosecha, con planes para instaurar la venta online de forma que pueda acercar el consumo de su producto en hogares particulares en el margen de tres años. Y segundo, con la apuesta por la investigación para adaptar su método de producción a otras especies distintas a la seriola (conocida como el pez del limón) a la que se dedicará su primera planta. De hecho, Aquaculture ya ha dado los primeros pasos del proyecto para acoplar su sistema al cultivo y engorde de mahi-mahi: una especie de pescado muy demandada en Japón que se llega a comprar por entre 30 y 35 euros por kilogramo en ese mercado asiático, según explica el CEO de la compañía Roman Skoryy.

Se trata de dos planes de trabajo a implementar a medio plazo que quedan contemplados ya a través del mismo diseño de su primera granja acuícola, sobre la que ahora se ejecutan los últimos remates, en la explanada del muelle 11 del Puerto. Tanto es así que la planta incorpora una sala específica desde la que se desplegará el futuro canal de venta electrónica, así como otra destinada a acoger un laboratorio propio, en el que se analizará la calidad del agua y el estado de salud de los peces a diario -lo que incluye análisis de sangre- para detectar posibles anomalías, atajarlas y garantizar la máxima calidad del producto final: la directriz que se trata de imprimir a todo el proceso de engorde, como enfatiza Skoryy. Se trata de una fórmula desarrollada por la propia compañía como parte de su know how, que se implementará en sus futuras piscifactorías, y que se hará extensible a las posibles nuevas especies de pescado que se opte por producir en el futuro.

Por el momento, después de completar un recorrido de siete años de investigación y tramitación de proyecto antes de iniciar la construcción de su nave de producción, Aquaculture acaba de activar las primeras pruebas de funcionamiento con agua, secuenciadas en los distintos equipos que conforman las instalaciones. De hecho, trabaja con la previsión de que el conjunto de la piscifactoría inicie su periodo de rodaje en el margen de dos semanas. A partir de ahí, el cronograma trazado por la compañía comprende que los alevines puedan incorporarse a la planta entre los meses de noviembre y diciembre, con lo que la primera cosecha estará lista para la venta un año después. Ese es el plazo en el que se extenderá el proceso de cría, desde los 6 gramos de peso de un alevín, hasta los 3 kilos que alcanzarán los ejemplares a comercializar.

El proceso de cría

¿Cómo se desarrollará ese proceso de crecimiento? El método diseñado por Aquaculture comprende el uso de cuatro tanques de engorde con dimensiones y volumen de agua adaptados al tamaño de los peces en cada fase. En todos ellos, se monitoriza las condiciones de bienestar de los ejemplares durante las 24 horas del día, no solo en lo que concierne a la calidad óptima del agua, sino también en lo que respecta a su temperatura y a la proporción de oxígeno requerida (la planta cuenta con un depósito de suministro automatizado propio, abastecida por el mismo proveedor que procura oxígeno sanitario). Es más, se tutela hasta el tipo específico de pienso, y la cantidad adecuada con la que se les alimenta, en función de las necesidades que presentan por su peso en cada etapa de crecimiento.

Ese sistema se supervisa desde una sala de control, en la que se centralizan las imágenes captadas por hasta 47 cámaras distribuidas en la sala de producción. Esa labor se complementa con inspecciones en el agua, con equipo de buceo, subraya Skoryy, con el objetivo de confirmar el correcto funcionamiento de su sistema de depuración, basado en la tecnología de Recirculación en Acuicultura (RAS por sus siglas en inglés), por el que se somete el caudal captado en el propio Puerto a entre 45 y 50 filtrajes por hora en cada uno de los cuatro tanques.

¿Qué camino sigue la cosecha tras el fin del ciclo? Tras superar los últimos controles de calidad, los ejemplares pasan a la sala de procesado para su fileteado, para su almacenamiento en cámara frigorífica, o directamente para su empaquetado en hielo y su carga en camión, de forma que se preserve la máxima frescura en su distribución. Además, el diseño de la planta -que combina oficinas y planta de producción en un mismo edificio, de siete metros de altura sobre superficie y cuatro metros en subterráneo- cuida hasta el último detalle también en lo que concierne a la gestión de los residuos, de modo que los desechos generados en el proceso de cría quedan acopiados en tanques de decantación específicos para su retirada y tratamiento por un gestor autorizado. Al menos, hasta que se desarrolle "la técnica que permita eliminar su salinidad y pueda utilizarse como compost de calidad para la agricultura en el futuro", apunta Skoryy. "Las universidades de la provincia ya están trabajando en ello y nos anticipan que ofrecerán resultados en breve", añade.

Sostenibilidad y futuro

Con ese recurso, se pretende obtener una vía de ingresos adicional, además de profundizar en la sostenibilidad de su método de producción y de la propia granja, en la que se ha introducido sistemas fotovoltaicos en su cubierta capaces de proporcionar doce horas de autosuficiencia energética en verano y entre seis y siete en invierno. "Uno de nuestros objetivos es transmitir la preocupación por el respeto al medio ambiente y el cuidado al medio marino en todo el proceso", explica Skoryy. "Por eso, tenemos una terraza al aire libre en la que se puede contemplar el mar, en la que ofreceremos platos sostenibles cocinados con seriola, y hemos incorporado la transparencia hasta en las cristaleras que configuran las dependencias administrativas y en la sala de showroom para que los clientes se queden con el concepto de que no hay nada que ocultar", recalca.

Con ese sistema, Aquaculture prevé obtener una producción anual de 600 toneladas para las que ya se ha cerrado acuerdos de distribución entre restaurantes y cadenas hoteleras interesadas en introducir la seriola en sus cartas y menús, en un proceso de venta que se pretende extender también a las aerolíneas y las navieras especializadas en el sector de los cruceros, "que también buscan alternativas a un producto tan extendido como el salmón", apunta Skoryy. 

Eso sí, el plan de negocio de Aquaculture no acaba ahí. Tras la puesta en marcha de esas instalaciones iniciales -que cuentan con financiación propia, de un fondo de inversión de origen chipriota y de ayudas a fondo perdido de la Unión Europea y de la Generalitat, además de un crédito concedido por Cajamar- incluye el desarrollo de una ampliación sobre otros 3.800 metros cuadrados en la parcela anexa a sus instalaciones en la que plantea construir otros cuatro tanques de engorde que permitan ampliar su cosecha en cerca de otras 300 toneladas anuales. Y, en paralelo, trabaja en la construcción de una segunda planta gemela en el puerto de Santa María de Cádiz -cuyas obras podrían arrancar este mes de diciembre- en la que prevé obtener otra cosecha de 700 toneladas de seriola adicionales, a la espera de poder ejecutar posibles ampliaciones, toda vez que dispone de hasta 127.000 metros cuadrados de parcela concesionada para su desarrollo, concluye Skoryy.