ALICANTE. El Ayuntamiento de Alicante y la Universidad de Alicante (UA) colocan en la recta de salida el proyecto que debe amparar la ampliación del recinto universitario en el llamado campus oeste: el espacio situado junto a las dependencias del Consorcio Provincial de Bomberos en el que ya se sitúan los edificios del Parque Científico (PCUA). La Concejalía de Urbanismo y el Vicerrectorado de Infraestructuras completan ahora un proceso de interlocución que se ha prolongado durante meses con el cruce de los últimos detalles y correcciones para poder iniciar la tramitación de la propuesta de Plan Especial modificación de planeamiento que permita recalificar la bolsa de cerca de 800.000 metros cuadrados en los que se pretende organizar esa expansión. En principio, el registro de esa solicitud de cambio del PGOU no debería demorarse más allá de la primera mitad de este año, puesto que se han venido registrando contactos periódicos para cerrar sus condiciones, según precisaron fuentes de la institución académica consultadas por Alicante Plaza.
De hecho, el objetivo es que ese cambio urbanístico pueda debatirse en pleno en ese horizonte temporal del ecuador de 2025, después de que la UA haya introducido todos los ajustes requeridos por los técnicos municipales para procurar que la propuesta inicie su recorrido administrativo sin que puedan plantearse subsanaciones posteriores que ralenticen su aprobación. Después, será la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio la que deba evaluar la propuesta y confirmar su aprobación.
Por el momento, ya se ha anticipado que ese plan de crecimiento amparará la creación de nuevos edificios destinados a la investigación, que quedarán alineados a los fines del Parque Científico, así como otros reservados para albergar nuevas facultades. Y, además, también se ha previsto la reserva de suelo para la implantación de empresas de base tecnológica y dedicadas a la innovación (no industria dura), de forma que pueda convertirse en un polo para la atracción de compañías interesadas en posicionarse en la ciudad. La propia UA se ha abierto ya a ofrecer suelo a las empresas interesadas en asentarse en ese ámbito, dando pie a mecanismos como la concesión administrativa. De ahí que el propio Ayuntamiento haya incluido en la redacción del Plan General Estructural al campus oeste como parte del cinturón empresarial que comienza en las áreas de Las Atalayas y del Pla de la Vallonga, aunque se trate de un sector en el que se combinen los usos empresariales con los docentes.
Comunidad de propietarios
El avance de esa planificación es la que ya ha abierto la reflexión interna sobre la futura fórmula que se empleará para ejecutar la urbanización de esa bolsa de suelo. En principio, todo parece indicar que podría optarse por la constitución de una comunidad de propietarios que comparten la titularidad de los terrenos para impulsar su desarrollo, a través de un acuerdo de colaboración público-privada. La propia UA es la propietaria mayoritaria. Dispone de cerca del 70% del ámbito de actuación. Pero existen otros titulares, como la familia Borja (de Tejas Borja), así como otros pequeños propietarios, que concentran una superficie inferior.
Mediante la configuración de esa comunidad de titulares, todos quedarían alineados en la financiación de las obras, con la posibilidad de rentabilizar el suelo generado, en el caso de los titulares privados. Cuando menos, esa sería la fórmula más directa para promover la expansión, sin tener que recurrir a una posible expropiación a cargo de la UA. Por lo pronto, se prevé que incluso el Ayuntamiento de Alicante pueda participar en la financiación de esos trabajos, toda vez que será uno de los beneficiarios de las parcelas resultantes, en cuanto se produzca la reparcelación del sector: el siguiente paso después de que quede aprobada la modificación de planeamiento.
En cualquier caso, lo cierto es que todavía no existe un calendario aproximado de cuándo podría promoverse la ejecución de esas obras, una vez se haya completado la tramitación urbanística. El objetivo del equipo rectoral de la UA que coordina Amparo Navarro es que al menos pueda llegar a iniciarse en el margen de este mandato que acaba de comenzar, de seis años de duración. Pero todo dependerá de que se disponga de la financiación necesaria para ejecutar esas obras, mediante un plan estable que el conjunto de universidades públicas de la Comunitat sigue reclamando, o mediante la llegada de ayudas europeas.