ALICANTE. Los castillos de Santa Bárbara y San Fernando entran en una nueva etapa de gestión compartida entre las concejalías de Turismo y Cultura. Ese reparto de responsabilidades debe quedar sancionado en los próximos días a través de un decreto de Alcaldía para certificar el nuevo rumbo que se le pretende dar al uso de las dos fortalezas, una vez cerrados los detalles de tipo técnico como la adscripción de personal.
El propósito de esa nueva orientación se resume en un objetivo: exprimir sus posibilidades turísticas en cuanto se superen las restricciones que conllevan los protocolos sanitarios frente al covid. Eso supone la posibilidad de que se desarrollen eventos, reuniones profesionales de pequeño tamaño, o presentaciones, siempre que resulten compatibles con el respeto al valor histórico y patrimonial de los dos inmuebles, reconocidos como Bienes de Interés Cultural (BIC).
En ese objetivo también se contempla la reactivación de las visitas guiadas o el montaje de exposiciones temporales que actúen como elemento de atracción de visitantes. Y no solo para los turistas que recalen en la ciudad, sino también para los propios alicantinos, ya que, según fuentes de la Concejalía de Turismo, "las dos fortificaciones se encuentran infrautilizadas pese a que ofrecen múltiples posibilidades por la cantidad de salas disponibles y por las vistas que ofrecen".
De ahí que se trate de dinamizar su uso programando actividades que resulten atractivas para todo tipo de públicos. "Sobre todo, ahora que se está completando la recuperación de espacios en el Castillo de San Fernando", apuntaron. Como informó este diario, el primer paso previo en el que se sigue trabajando es la evaluación de los servicios de los que disponen los dos castillos, así como de las concesiones vigentes.