ALCOY. Las obras para legalizar la Plaza de la Constitución de Alcoy, conocida como La Rosaleda, agotan el plazo de ejecución sin haber finalizado y abocadas a una tercera prórroga. La actuación, que se inició a finales de enero de 2024, debía terminar en noviembre del pasado año, si bien se solicitó una prórroga para alargarlas hasta marzo de este año, y posteriormente hasta el 11 de mayo con la segunda aprobada por el Ayuntamiento.

Ahora, llegado a este punto, una tercera prórroga se hace necesaria para finalizar una obra compleja, que se acomete para cumplir una sentencia del año 2005 del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, que obliga al Ayuntamiento a reponer la zona verde existente antes de la remodelación que se inició en 2001, en la etapa de gobierno municipal del PP. Esta actuación comportó la construcción de un aparcamiento subterráneo y la reurbanización de la plaza superior, desde un primer momento contó con voces en contra ecologistas y vecinales, que remarcaban la evidencia de que no cumplía la normativa en cuanto a zona verde, como así dictó el Tribunal.

La petición de una nueva prórroga ya ha sido presentada y ahora será informada técnicamente para determinar el periodo por el que se prolongarán las obras, si bien la previsión municipal actual es que abarquen hasta el 30 de junio, lo que supone alrededor de mes y medio más. Las obras fueron adjudicadas a la UTE formada por Guerola Transer SLU y Levantina Ingeniería y Construcción SL, por 4.372.809,13 euros (IVA incluido).

Entre los motivos que alega la adjudicataria para solicitar una nueva prórroga están las consecuencias de la Dana en cuanto a la operatividad de proveedores, así como inclemencias climáticas. De hecho, en la segunda prórroga ya alegaron estos contratiempos, así como la complejidad de cimentar el monumento en honor a San Jorge, problemas por filtraciones por lluvias y la detección de fisuras, y la primera vez apuntaron la imposibilidad de acceso a los sótanos del edificio en un primer momento, la gestión de los residuos depositados en el mismo por el concesionario, la existencia de escombros ocultos, la ralentización en la demolición para minimizar los trastornos a los vecinos limítrofes y la extracción de las aguas de escorrentía pluvial debida a los episodios tormentosos registrados.

La reforma de La Rosaleda contempla la creación de un jardín que cumpla con las normativas de accesibilidad y zonas verdes, la demolición y reconstrucción del forjado de cubierta para soportar la nueva capa de tierra de 80 centímetros y arbolado, así como el refuerzo de los elementos estructurales desde los pilares hasta la losa de cimentación. Además, se llevan a cabo mejoras en la urbanización de la plaza para dotarla de un entorno más amable y funcional para la ciudadanía. Cabe recordar que el monumento a San Jorge, que se está restaurando, seguirá en la plaza si bien se ubicará en la parte baja de la misma.