ALICANTE. Hay proyectos visionarios que nacen antes de tiempo. Y eso lo es que ha pasado a Skuty One, el ciclomotor eléctrico diseñado por antiguos alumnos de Fundesem y cuya empresa, Electric Mobility Company, ha quedado liquidada este mes de julio. La mayoría de los promotores coinciden que ese proyecto, que fue presentado en sociedad en 2012, nació de manera prematura, pues con las tendencias de movilidad actuales, con el moto sharing instalado en la mayoría de las grandes capitales de España o el empuje de las e-bikes o de los patinetes eléctricos urbanos, podría haber corrido otra suerte.
La Skuty One lo tenía todo para haber triunfado: era una mezcla entre bicicleta eléctrica y moto, pero sin pedales para convertirse en una solución de movilidad urbana, de trayectos cortos. Con un diseño muy cuidado, contaba con un asiento invertido y angulado para facilitar la posición a personas de diferentes alturas. Contaba con la tecnología FASB (Fully Assisted Bike). El motor estaba alojado en la rueda trasera y una batería integrada en el chasis, con una imagen a medio camino entre un scooter y una bicicleta.
De 45 kilos de peso, disponía de un motor eléctrico de 1.500W, con una autonomía estimada de unos 100 kilómetros con una velocidad máxima de 45 km/h, que requería de dos hora para una recarga completa. Además, una de las particularidades del cliclomotor era que contaba con sujeción para nuestro smartphone y una aplicación de móvil, incluso que en su momento fue integrada en el sistema de Apple.
Fue el primer vehículo eléctrico controlado por un iPhone. "Está integrado con el móvil y a través de una app permite encender y apagar la moto desde el móvil o poner un código de seguridad para arrancar el vehículo", explicaba del CEO de la compañía, Carlos Felipe, en su momento. A través de ella, el usuario también es capaz de controlar parámetros como el límite máximo de velocidad, o incluso la curva de potencia, pudiendo elegir una aceleración suave, un modo ECO que ahorre batería o una experiencia más enérgica.