ALICANTE. El debate sobre la incidencia de la llegada de visitantes en el devenir diario de las ciudades turísticas que se viene planteando en destinos como las Islas Canarias, las Islas Baleares o la misma ciudad de València se extiende hasta Alicante a partir de los distintos pronunciamientos formulados por representantes del equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), y de los grupos políticos que ejercen funciones de oposición.
Los populares mantienen que, hasta el momento, no existe un problema de saturación de flujos turísticos, ni molestias asociadas a la disposición de viviendas turísticas en edificios residenciales, a pesar de las primeras muestras de rechazo vecinal que se habrían puesto de manifiesto en barrios como el de Carolinas. Al menos por ahora, el equipo de gobierno sostiene que todavía existe margen para crecer en la llegada de visitantes con el fin de generar actividad económica y crear puestos de trabajo, como insistió el mismo alcalde, Luis Barcala, este lunes, sin que se haya barajado la posibilidad de implementar posibles limitaciones (al margen de las que ya delimita el PGOU), como la suspensión de licencias para pisos turísticos que se aprobó este martes en el Ayuntamiento de València.
Eso sí, el mismo Barcala -y en la misma línea se posicionó la edil de Turismo, Ana Poquet, este martes- señaló que una de las prioridades actuales es disponer de estudios objetivos que permitan tener un foto actualizada sobre cuál es la situación actual, que sirva de base para tomar futuras decisiones. Un objetivo que se pretende cumplir a través del convenio firmado con la Universidad de Alicante (UA) sobre la creación de la cátedra 'Ciudad de Alicante'. Y a esa posición se le dio un giro de tuerca más también este martes con la advertencia formulada por el vicealcalde y portavoz del equipo de gobierno, Manuel Villar, sobre las consecuencias que podría tener el hecho de que se pretendiese instaurar una "turismofobia que creemos que no existe". "Nos preocupa la turismofobia que parece que algunos están intentando meter en la sociedad alicantina" y que considera que "no es real en la población", señaló en la comparecencia semanal en la que se da cuenta de los acuerdos aprobados en Junta de Gobierno.
"Nos preocupa que esa turismofobia pueda dar lugar a que algún turista" pueda descartar "un destino turístico como Alicante; que pueda haber alguien que se lo plantee porque una minoría haga más ruido que la mayoría que está a favor", afirmó, al tiempo que recalcó la apuesta por el sector "porque Alicante es una ciudad turística" y garantizó que se trataría de facilitar "todos los medios para que lo siga siendo".
Medios para la gestión de flujos
En el extremo opuesto, también este martes, se plantearon dos propuestas alternativas que tendrán eco tanto en el pleno ordinario de mayo, este jueves, como en la reunión del Patronato de Turismo, este miércoles. Esta última iniciativa corre a cargo del PSOE, que trata de forzar al equipo de gobierno a precisar qué medidas piensa habilitar para absorber la llegada de nuevos flujos de visitantes que puedan desviarse desde València después de que se haya anunciado, también, la pretensión de establecer un freno a las escalas de macrocruceros.
Así, el PSOE registró este martes un escrito para su consideración en la reunión del Patronato con la intención de que se precise "cómo se va a afrontar el aumento de servicios públicos tras el ofrecimiento del alcalde de acoger todos los cruceros que no quieren recibir otras ciudades, entre ellas València, al cuestionar el impacto en términos de retorno económico y su impacto medioambiental", según señalaron fuentes del PSOE, a través de un comunicado.
"El alcalde tiene que explicar cómo va a garantizar los servicios públicos para que no se produzca un impacto negativo en la ciudadanía. Si Barcala quiere que vengan a Alicante esos 800.000 cruceristas" que, según el PSOE podrían dejar de hacer escala en la ciudad de València, "tendrá que explicarnos cómo va a reforzar, por ejemplo, el servicio de limpieza, que ya de por sí es deficitario. No es aceptable que la concejala de Turismo afirme que se están planteando reordenar la plantilla de Policía para atender cuestiones relacionadas con el turismo, porque eso supone restar efectivos de los barrios y de otros servicios necesarios para la ciudad. La ciudad no es suya, no es del alcalde, sino de todos los que aquí convivimos. No es una cuestión de reordenar, sino de garantizar los servicios públicos a los alicantinos", señaló la portavoz adjunta del grupo socialista, Trini Amorós.