ELCHE. Este miércoles desde el Partido Popular denunciaban una vez más la situación que viven algunos inmuebles en la ladera del río Vinalopó, principalmente el Molí del Real, con una grieta que lleva años ensanchándose y que tendrá que esperar después de que la obra previa para anclar el talud del edificio quedara desierta en la licitación. Ahora el bipartito ha consignado más dinero para encontrar un contratista que ejecute la actuación, si bien está a la espera de que los fondos europeos sufraguen la propuesta de agua regenerada que inmiscuye al edificio y que supondría su rehabilitación. Con todo, el PP ha pedido ampliar los sondeos que se están realizando en Carrús Este a toda la ladera. Pero, ¿sufren todos los mismos problemas?
La concejal Elena Bonet planteaba ampliar el estudio geotécnico a toda la ladera, focalizando en el Molí del Real, pero señalando que hace falta por "todo lo que está ocurriendo en la ladera del Vinalopó, desde el Pont del Bimil·lenari, pasando por Porfirio Pascual, el nuevo convento de las Clarisas y sus desprendimientos, la inestabilidad del Molí del Real o en su momento las grietas que aparecieron en la calle Muhammad Al- Shafra". En resumen, una serie de construcciones que se han visto afectadas de una u otra forma por lo que supone edificar en la ladera del río. O más bien, en lugares donde el relleno o la compactación de la tierra no es la mejor. Entre otros asuntos. Hay elementos que pueden ser comunes y que desde la formación se presuponen, pero también ha habido dinstintas coyunturas que han afectado a cada problema conocido.
Porfirio Pascual: a la espera del resultado de sondeos
En ese sentido, los arquitectos veteranos son conocedores de resultados relativamente alarmantes en prospecciones en la ladera para futuras obras, que en cualquier caso, no han generado riesgos por tener estructuras de importante pilotaje, como es el caso de Porfirio Pascual. Es uno de los puntos más candentes porque en la parte más orientada a la rambla han aparecido este año varios socavones de los que la firma Imasa ha realizado sondeos para conocer el motivo de los mismos, si posibles humedades o corrimientos de tierras, aunque también se da por hecho que los resultados arrojarán una tierra de compactación de mala calidad, con previsibles escombros, por ejemplo. Consecuencia al menos en parte por las prisas para construir a partir de la década de 1950, donde había incluso familias viviendo en cuevas y hacía falta construir vivienda a marchas forzadas para dar cobijo a mano de obra local y migrante que trabajaban en la creciente industria zapatera.