VALÉNCIA. ¿Quién mató a la hermana Cathy? Así comienza este documental de Netflix de siete capítulo que nos traslada a 1969 intentando darnos una respuesta a un asesinato vivido en ese año. Cathy Cesnik era una joven católica, monja de Baltimore, que fomentaba los valores de la solidaridad y el amor. Una mujer que fue asesinada por destapar ciertos abusos sexuales a niños por un sacerdote de su Iglesia. Su desaparición es analizada por dos exalumnas que inician una tenaz investigación sobre el caso sin resolver hoy en día. El documental busca la verdad, con ganas de justicia ante el total abandono por las autoridades policiales y judiciales de Baltimore.
Tras el éxito de 'Making a Murderer', llega una serie documental a la plataforma streaming que pone los pelos de punta y, probablemente, abra un gran debate en la actualidad. Después de casi medio siglo, la familia y amigos de Cathy no han descansado en paz porque las respuestas a su muerte siguen sin aparecer. El productor y director, Ryan White, nos lleva a mundo lleno de extrañas circunstancias en las que la hermana Cathy murió. La gran hipótesis es que el asesinato de la hermana parece ser el desenlace de una red oscura en la cual se abusaba de las jóvenes estudiantes del colegio religioso, donde ella era profesora.
En cada capítulo compraremos como distintas chicas fueron marcadas por los abusos sexual que sufrieron y nos llevarán por testimonios dolorosos y que afectan a la Iglesia Católica. Las supervivientes describen los abusos que sufrieron a manos de un sacerdote. En 1994, dos exalumnas presentan cargos contra el sacerdote acusado, pero son víctimas de intimidación y se enfrentan a la poderosa influencia de su archidiócesis. La denuncia se queda en la nada.
El sentido de este documental radica en las víctimas. Es un documental muy denso y bien elaborado, bien contado y sobre todo bien realizado. Pero también descorazonador y profundo. Cada capítulo tiene un desenlace y una catarsis. 'The Keepers' nos roba la fe en la humanidad. Para empezar, el cuerpo Cathy apareció en un bosque, pero su coche estaba delante de su casa mal aparcado y con hierbajos. Lo que parecía un "asesinato más" acabo siendo parte de la resolución de unos supuestos casos de pederastia en el colegio religioso donde trabajaba.
El documental alterna entre la investigación de la muerte y los casos de pederestia. Todo gira en torno a entrevistas de los supervivientes del antiguo colegio. No hay narrador. El principal foco de investigación es el padre Joseph Maskell, que estaba al cargo del colegio y resultó ser el 'diablo'. Las víctimas, ya cerca de la vejez, repasan cómo el padre Maskell truncó totalmente sus vidas, al usar la religión como excusa para abusar de ellas. The Keepers es capaz de demostrar la corrupción política, eclesiástica y policial que hubo en ese momento.
La serie nos muestra los dos caras de una moneda. ¿Cómo un sacerdote puede engañar a tanta gente y salir impune? ¿Cómo puede uno reconstruir su vida después de pasar por aquello? Gemma Hoskins y Abbie Schaub, dos alumnas se han propuesto descubrir lo que pasó. Su investigación y su conexión con las víctimas se producirá a través de una página de Facebook.
La larga duración de los episodios y el abuso de información no ayudan al consumo ágil y propio de Netflix. Es más, es un producto que es mejor tomarlo con calma. Poco a poco. En el documental se habla de hasta cuatro sospechosos más y tres distintas versiones: un crimen pasional, un robo y un vecino que se había obsesionado con ella y la mató a golpes. Un caso que sigue abierto gracias, sobre todo, a la labor de muchas de sus exalumnas que aparecen también en el documental y que siguen buscando justicia y culpando a la Iglesia.