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COSTÓ 200.000 EUROS DE DINERO PÚBLICO

Los historiadores niegan toda credibilidad a las fabulaciones del 'Experimento Stuka'

  • Cartel del documental que pretende explicar "¿por qué Hitler bombardeó cuatro pequeños pueblos de Castellón?" SUICAFilms

VALÈNCIA.- ¿Existe un debate entre historiadores sobre si Hitler ordenó a la Legión Cóndor bombardear en secreto cuatro pueblos indefensos del Maestrazgo (Castellón) en mayo de 1938 para probar la eficacia de los stuka JU 87? La respuesta es ‘no’, del mismo modo que no hay un debate sobre el origen extraterrestre de las pirámides por mucho que se empeñen en Milenio Cuatro. La prueba está en el II Encuentro de Investigadores celebrado el pasado mayo en la Universitat Jaume I bajo el título "La batalla de Levante. Un reencuentro con la historia y la memoria olvidada" y en el que participó una veintena de expertos.

Entre los asistentes, ni uno solo cuestionó un evento histórico que se conoce con razonable exactitud desde que José Manuel Martínez Bande publicó La ofensiva sobre Valencia (1977) y Hans Ring y Karl Ries sacaron Legion Condor 1936-1939: Eine illustrierte Dokumentation (sobre los expedicionarios alemanes). El otro bando lo constituyen tres personas: el profesor de Física Óscar Vives —que también participó en el citado encuentro— y los documentalistas Rafa Molés y Pepe Andreu (autores del documental Experimento Stuka), quienes sostienen que sí existió un plan secreto de Hitler. No existe, pues, un grupo liderado por los historiadores Rafael Permuy y Lucas Molina, y otro enfrentado al primero, sino uno solo: el de los que defienden lo que ha quedado acreditado con centenares de documentos a lo largo de los años. Luego está la opinión de tres personas.

Visiblemente contrariado por esta polémica, Vicente Grau lamenta el daño que ha causado el documental Experimento Stuka al intento de hacer una recuperación seria y rigurosa de la Guerra Civil. “¡Qué fuerte!”, exclamó cuando supo que la cinta se había alzado con el premio del Audiovisual Valenciano este viernes. Para él, "no puede ser que hayamos estado años criticando la mitificación del conflicto por parte de la historiografía franquista y ahora hacer nosotros lo mismo", dice en referencia al documental. Grau es uno de los mayores expertos sobre la contienda y está a punto de sacar su segundo libro sobre la materia cuyo título, aún por decidir, podría ser La batalla de Levante: una victoria republicana silenciada.

Grau es cofundador del Grupo de Estudios de Historia Local y Fuentes Orales de la Universitat Jaume I y también coordinador del Grupo de Investigadores de la Batalla de Levante. Se considera amigo personal de Óscar Vives, el artífice de la teoría del Experimento Stuka, y no duda en defenderle. "Su error ha sido actuar más como un cronista haciendo historia localista como si fuera un historiador. No me cabe duda que cree en su teoría y de ahí que haya rechazado todas las explicaciones científicas e históricas que se le ha dado sobre el asunto".

NO PODEMOS CRITICAR LA MITIFICACIÓN DEL CONFLICTO POR PARTE DE LA HISTORIOGRAFÍA FRANQUISTA Y AHORA HACER NOSOTROS LO MISMO

Para Grau, lo peor del éxito del documental es que reduce a la nada la batalla de Levante, mejor dicho, la sustituye. "Hablamos —apunta— de unos hechos casi olvidados porque a los historiadores franquistas no les gustaba hablar de sus derrotas y porque, situada temporalmente entre el frente de Aragón y la batalla del Ebro, quedó eclipsada, más bien silenciada". Pese a todo, no duda en calificarla como uno de los combates más importantes de la Guerra Civil, pues fue la última gran victoria defensiva de la República.

"Es evidente que los bombardeos que se narran en el Experimento Stuka existieron, pero no son hechos aislados, forman parte de un contexto que no hay que olvidar, que es la ofensiva dictada por el General Dávila, jefe del Ejército franquista del Norte, el 22 de mayo de 1938". Era la alternativa al fracaso del general sublevado Aranda cuando intentó avanzar por la costa hacia Castelló y València. Este general fue obligado a parar su ofensiva en el río San Miguel, entre Coves de Vinromà y Alcalà de Xivert a partir del 27 de abril de 1938.

El historiador insiste en que "desde el punto de vista estratégico, supone uno de los grandes momentos del ejército republicano, que consigue aquí no solo parar dicha ofensiva sino eludir el cerco que pretendían las tropas franquistas para embolsar a los republicanos, derrotar a la Agrupación Toral, y destruir al conjunto del Ejército de Maniobra republicano, atacando por su retaguardia, primero desde el norte (a través de las divisiones 4ª de Navarra y la 55) y, al mismo tiempo, desde Mosqueruela a través del ejército del Coronel sublevado García Valiño".

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