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citas rocambolescas

LUCE y Carlos Ferrando (Closca) en la terraza: cuando tu oficio es cambiar la piel de una ciudad

  • Foto: KIKE TABERNER.

VALÈNCIA. Por julio y agosto el regreso de una vieja tradición de la cabecera: citar a elementos de la cultura propia que no suelen citarse. Hay una premisa importante, la de no sacar conclusiones previas. La de no imaginar qué va a ocurrir o cuál va a ser el trazado de la tarde. Menos mal. 

Una terraza de la calle Pedro III El Grande. Hemos quedado a las 18h. LUCE es el artista cuya firma quedó plasmada alrededor de toda la urbe como una señalética identitaria. Entiende los fragmentos resquebrajados, los tránsitos del camino, como el hábitat perfecto en el que enarbolar acciones artísticas. Carlos Ferrando, fundador de Closca, llevó sus cascos desde una idea iniciática labrada en València, hasta el MoMA y Richard Branson, con el propósito de acompasar el ritmo humano a las transformaciones urbanas en marcha. 

Los dos cambian la piel de la ciudad. Los dos han hecho de lo improbable una marca registrada. Los dos no se habían encontrado todavía.

¿Por qué os ocupa aquello que sucede en las ciudades, el movimiento en torno a ellas? 

Carlos Ferrando: Las ciudades son una bandera para aquellos que quieren tener un entorno similar a ti, permiten siempre encontrar tu tribu.

LUCE: Vengo del mundo del grafiti, comencé a practicarlo en la adolescencia y era el primero gancho para relacionarme con la ciudad. La ciudad era como un tránsito para poder pintar, sin más noción de dónde estaba ni qué pretendía. Pero con el grafiti fui entiendo la ciudad de una manera más amplia. Mis compañeros de colegio igual solo conocían la ciudad por sectores y yo podía aumentar ese espacio, transitar por otras áreas. La ciudad es como un momento de la vida donde te crees que lo conoces todo pero luego te das cuenta de todo lo que te queda, de lo poco que conoces...

Foto: KIKE TABERNER.

Carlos Ferrando: En las ciudades encuentro a gente que quiere crear el futuro. Es en las grandes ciudades donde se une a la gente para cambiar las cosas. Quizá en el futuro no sea tan así. Al crear Closca hicimos un estudio casi antropológico de cómo se adoptan los cambios. Llegué a la conclusión de que los cambios penden de movimientos… y el movimiento lo generan comunidades concretas. Esa gente que influye en los demás son un 5%, un 8%. En lugar de segmentarnos por productos lo hacemos por retos sociales. Primero con el casco ante aquellos que quieren desplazarse por la ciudad sin ruido ni humos y ahora con la botella, el icono para los que no tiramos plástico para beber agua. 

LUCE: Poder trabajar en la calle con el arte quizá anima a la gente a acercarse a otros espacios. Trabajar en la propia ciudad genera otros ritmos. ¿A cuántos LUCEs vives de tu casa?, llegaban a bromear conmigo. Ahora mi creación artística es más general. Comencé a tener ganas de que se me conociera por un mayor componente artístico y no solo por una marca. Demostrar el respeto por los ciudadanos y por el contexto, más allá de la primera etiqueta que te bandaliza. Estoy aquí para enriquecer la experiencia de la gente cuando sale a la calle. 

Carlos Ferrando: Yo quería que la gente usara menos el coche, menos el plástico, pero no podía ir detrás de la gente pidiéndolo. Necesitaba productos bonitos que lo contaran por mí para llegar a más personas. Hace unas semanas Richard Branson invitó a 50 personas a una isla. Nos dijo: somos un 5% los que creamos, o cogemos una corresponsabilidad o esto se nos va de las manos. No quería ayudarnos sino decirnos: no seas tan egoísta y usa lo que estás haciendo para generar conciencia. Le intenté vender la historia de Closca, pero… él estaba con que ojalá hubiera tenido el mismo propósito desde el principio y no sólo se hubiera dedicado a ganar dinero. Si eres capaz de crear, úsalo para influir. Y eso es a todos los niveles.

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