CASTELLÓ. Igual tiene unos 30 temas en la recámara, más los cinco publicados en su primer EP, más otra docena ya reservados para su siguiente álbum que empezará a grabar a finales de junio. Se ha abierto la veda y Carlos Marín de Miguel ya no puede dejar sus composiciones más tiempo guardadas. Su parte creativa le ha dicho ¡basta! y le pide que dé a conocer esas letras que lleva desde hace tantos años escribiendo. "Me considero más compositor que interprete, pero he dado este paso por satisfacción propia. Si la cosa fuese bien y tuviera repercusión igual me plantearía montar un grupo. Pero se lo complicado que es este mundo y no es mi objetivo principal", cuenta el propio músico, que de momento se atreve con un proyecto en solitario al que acompañará de un nuevo nombre: Charlie Undershaw. Así se llama además su primer EP que, con título homónimo, lanzó hace apenas una semana.
"Son letras que hablan de temas básicos, porque me gusta la claridad", aclara el músico de Vila-real, que también es filósofo. Aquí no hay pues nada de complejidad, no se distrae en teorías sofistas o platónicas, aunque sí sigue habiendo profundidad en el mensaje. Sus temas parten de cuestiones tan universales como las pasiones humanas, el desamor o los derechos humanos. "Shaking es celebración. Ese sacudido y temblor que nos produce el cuerpo cuando sentimos, cuando hay amor. Es una canción que invita a dejarlo todo y un ofrecimiento de ayuda. En cambio, Voices es un canto a la injusticia. La gente tenemos mucho poder para ayudar al resto y no somos conscientes. White lies es básicamente una canción de desamor y Time Will Tell habla del paso del tiempo, de si hemos alcanzado nuestros sueños o si hemos vivido la vida de verdad. También está ese no saber qué habría pasado si hubiéramos hecho algo de otro modo. Aun así, la canción acaba diciendo que no hay que arrepentirse de nada. Por último, Searching in My Soul es una introspección, para ella he buscado en mi alma."