VALÈNCIA. El Paso es un lugar extraño, en el que confluyen EEUU y México. También es la ciudad a la que Benjamín Villegas (Ripollet, 1982) viaja para conocer la historia de un grupo que no existe: ELPASO. Se trata de un relato de un éxito que fracasó, es decir, el relato "del 99% de los grupos de la Historia de la Música".
ELPASO. A punk story (Bandaàparte, 2018) le da un giro a la romántica costumbre de contar la épica de la industria musical, poniendo sobre la mesa un relato cercano sobre un grupo de amigos que quisieron ser algo y que simplemente no les salió.
- Tu obra intenta explicar el movimiento punk a través de la historia de este grupo ficticio en El Paso, Estados Unidos. ¿Por qué eliges este contexto y no tu España natal o Europa? ¿Qué tiene esa escena que te atrae?
- Podría adornarlo para la entrevista, pero es bastante sencillo y poco épico: básicamente lo que me lleva a escribir esta ficción sobre una banda de fracasados es mi propio fracaso (por cada proyecto musical que he empezado, lo he acabado). De forma sistémica, he sido un fracaso a ojos de la industria musical y del sistema; y como me estaba embarcando en mi carrera literaria, decido querer contar la historia del 99% de los grupos de la historia, los perdedores. Porque solo un 1% llegan al éxito, pero copan todas las biografías. Quería contar la experiencia del fracaso.
Por otra parte, elegir EEUU y los 80 es porque yo me crié con eso. Yo descubrí a Nirvana y fue lo que me cambió la vida, y a diferencia de mucha gente de mi edad, yo en vez de seguir a los coetáneos, me pareció más interesante saber qué era lo qe escuchaba Nirvana. Entonces descubrí el underground americano, que aunque nos vendieron que el grunge es un género nuevo de los 90, en realidad es la muerte de un movimiento musical que ya tenía 10 años de vida. Con el éxito de Nirvana muere ese underground.
- La historia en realidad tiene como constante el poder ser y al final no serlo: el grupo podría ser un éxito, pero no lo es; la novela podía ser una biografía documental, y no lo es; El Paso es un ciudad estadounidense, pero tan mexicana a la vez... No podemos esperar de las cosas que solo sean blancas o negras, ¿no?
- Totalmente, yo siempre me he movido en ese gris, así que me parece muy interesante escribir justamente sobre eso. Hay un capítulo del libro que se llama Demasiado americano para los mexicanos, demasiado mexicano para los americanos, que es algo que les pasa mucho a los chicanos de allí. Yo como hijo de inmigrantes andaluces afincados en Cataluña también me sentía así un poco entre otras cosas porque allí las cosas funcionan en un idioma que no es el mi lengua materna.
Además, el paralelismo y la identificación se potencia porque mi objetivo en la historia es ir a El Paso a buscar un grupo que no existe, y la gente, accediendo a mentir y a contar su relación con el grupo, hace que cobre vida y legitimidad.
- Una de las grandes innovaciones de este libro es justamente esa falsa biografía que has llevado hasta el extremo, publicando incluso discos de esta banda ficticia en Spotify, ¿qué aporta a la historia contar la historia así?
- Yo quería jugar a que el libro, aunque muy novelado, fuera una biografía creíble. Yo he sido un lector asiduo de biografías musicales y me cabreo con porque me siento muy poco representado por las bandas de éxito. Cuando todo lo que te pasa es mágico, desconecto y noto como si el libro me mirara por encima. Yo quería hacer una biografía que mirara de frente. Por otra parte, también a partir de mi experiencia como lector, a mí siempre me gusta poder escuchar la música que estoy leyendo para entender mejor lo escrito, así que me parecía imprescindible que el lector de mi libro también pudiese escuchar lo que este grupo había hecho. Mi curro durante los cuatro años de creación de esta historia también ha pasado por recrear fotografías falsas, vídeos falsos, componer la música, hacer flyers... Además de emularlo como si fuera los 80 (el productor puso pocos micros e incluso insertamos errores premeditadamente).
- En la historia del grupo también tienen un papel importante los medios de comunicación, como corresponsables del éxito pasajero de las bandas, ¿cómo les quieres posicionar en tu historia?
- En este caso, lo que pasó es que la escena undergorund eran un montón de chavales blancos de clase media que montaron un a estructura casi sin querer al margen del sistema. Se decían "nunca vamos a salir en MTV, nunca nos van a reseñar en Rolling Stones, ¿pero para qué?", y entonces crearon fanzines, serigrafías y otras formas de difusión. Este movimiento no es solo interesante por lo alternativa que es su música, sino también por cómo la creaban construyendo un universo propio. Actualmente, muchos medios de comunicación y estructuras musicales son hijos de esta manera de hacer las cosas. Yo quería cuestionar en el libro que sean los medios de comunicación los que digan lo que es bueno y lo que es malo, o los que decidan si industrialmente tienes interés o no.