ALICANTE. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Alicante ha acordado otorgar al Centro de Formación de la Agencia Local de Desarrollo, Económico y Social 'Impulsalicante' el nombre de Alejandrina Candela, fundadora junto a su marido Manuel Sorribes de la emblemática y tradicional Horchatería Azul (situada en la calle Calderón de la Barca, en las inmediaciones de la Plaza de Toros). El Ayuntamiento reconoce de esta forma la figura de esta mujer humilde y trabajadora que consiguió sacar adelante el negocio familiar que ya está cerca de alcanzar su centenario y por ello instalará una placa en las instalaciones con su nombre.
Alejandrina puso en marcha, en 1930, un negocio desde el que abastecía de jarabe de horchata y de cebada a bares de la zona. También servía cafés, churros o chocolate y lo hacía todo el año, desde las 6 de la mañana para vender a los trabajadores que a esas horas empezaban su jornada.
Alejandría falleció a los 99 años pero su negocio siguió adelante gracias a su hijo Manuel y su nuera María Tafalla, que consolidaron el negocio en el seno de su familia, y que hoy en día está regentado por sus nietas Inmaculada y Mari Ángeles, formando parte de la historia de la ciudad y un punto de referencia para los alicantinos.
La Agencia Local de Desarrollo consigue así vincular este Centro de formación -que se conoce por su situación junto al Colegio Nazaret desde la construcción del mismo en 2008- a la figura de Alejandrina Candela, una mujer emprendedora y pionera en su tiempo que consiguó sacar adelante su negocio y que con el tiempo se haya convertido en una referencia en la ciudad.
El alcalde, Luis Barcala, visitó recientemente a las nietas de Alejandrina Candela en la Horchatería Azul para hacerlas partícipe de la propuesta y recibir su aprobación, con el objetivo de impulsar el expediente administrativo para que su nombre se asocie al del Centro de Formación por el que pasan miles de alicantinos para mejorar su cualificación profesional y tener nuevas oportunidades de inserción en el mercado laboral en aquellos oficios que demandan las empresas.
La concejala de Empleo y Fomento, Mari Carmen de España, ha recordado tan y como se refleja en el acuerdo que "era intención de esta Agencia local la búsqueda de un nombre para nuestro Centro de Formación que estuviera intimamente relacionado con la misión de la Agencia, que no es otra que el desarrollo socio económico del municipio. Trabajamos para el empleo y el desarrollo local, por un lado con las personas desempleadas y por otro con el sistema empresarial, poniendo una especial atención sobre las microempresas ya que es un tejido productivo imprescindible en la ciudad".
"Tenemos también como Agencia local un compromiso con los colectivos más vulnerables como corresponde a la aplicación del principio de equidad e igualdad de oportunidades y a los objetivos de cohesión social y territorial. Buscábamos reconocer a alguna persona que hubiera sido ejemplo de constancia y tesón y que fuera reconocida por la sociedad alicantina y que pudiera ser un ejemplo a seguir", ha relatado la edil.
Una historia casi centenaria
Alejandrina Candela, fundadora junto a su marido, D. Manuel Sorribes de la que más adelante sería conocida como la Horchatería Azul, fue un ejemplo de mujer humilde y trabajadora que consiguió sacar adelante el negocio familiar, negocio que está cerca de alcanzar la cifra del centenario. Se casó a la temprana edad de 18 años con Manuel Sorribes. Se trasladó a vivir a la casa familiar de su marido, situada sobre la fábrica de corcho que regentaban y que acabaría convirtiéndose en la Horchatería Azul.
Allí trabajó fabricando objetos de corcho, entre ellos heladeras para granizados. Tras un breve paréntesis de un año en Orán (1932), Candela y su marido volvieron a Alicante. La familia obtuvo entonces una patente para elaborar jarabe de horchata, que vendían a la hostelería.
La Guerra Civil trajo con ella la dificultad para encontrar materias primas y a esto se unió el fallecimiento de sus suegros y la enfermedad de su marido, que lo incapacitó para trabajar. La fábrica cerró y Candela se vio sola con tres hijos a los que alimentar: Manuel, Alejandro y Alejandrina. Durante la guerra, no dudaba en ir sola a las fincas que tenían algunos familiares fuera de Alicante y allí cargaba sacos de arroz o de lo que pudieran darle y se los llevaba a Alicante en trenes de mercancías. Entonces se le ocurrió la idea de transformar el local familiar en una horchatería, aprovechando la patente que tenían: nacía así la Horchatería Azul.
Con gran talento comercial logró sacar la horchatería y a su familia adelante. Empezaron a ofrecer cafés y desayunos para los trabajadores de la fábrica de
sacos, que pasaban por delante del negocio todas las mañanas. Así conseguían sobrellevar los meses de invierno en los que la horchata apenas se vendía.
Su hijo Manuel y su nuera, María Tafalla, fueron los artífices de la consolidación de la Horchatería Azul como negocio. Cogieron el relevo de la gestión de la horchatería y trabajaron duramente hasta conseguir que la empresa llegue hasta nuestros días, asegurando incluso el relevo generacional con un bisnieto. Alejandrina se jubiló a los 65 años, pero siguió ayudándoles cada día hasta pasados los 80. Falleció a los 99 años, rodeada de los suyos.
Hoy están al frente de la Horchatería Azul sus nietas Inmaculada y Mari Ángeles y ya han trabajado allí algunos de sus 14 bisnietos. Un negocio que es ya parte de la historia de Alicante y que, como la propia Alejandrina Candela, ha dejado huella en todos sus descendientes