ALICANTE. El Ayuntamiento de Alicante pretende potenciar el uso de energías alternativas en la movilidad para convertirse en copromotor de la primera electrolinera de la ciudad. En sentido estricto, se trataría de una estación ecológica en la que se pudiese repostar gasolina, pero también gas y, sobre todo, electricidad, mediante la instalación de varios puntos de carga, según precisaron fuentes municipales.
La propuesta planteada desde la Concejalía de Urbanismo comprende, además, la retirada de los tres surtidores de gasolina instalados sobre suelo municipal en pleno casco urbano, en virtud de los acuerdos de concesión alcanzados en los años setenta. El objetivo del departamento que coordina el edil Adrián Santos Pérez (Cs), es concertar la retirada de esos puntos de repostaje -actualmente situados en la avenida Padre Esplá, en la Plaza de San Antonio y en la avenida de Jijona- con la empresa que los explota (Repsol) a cambio del desarrollo de esa futura estación ecológica provista de electrolinera en otro punto del término municipal por determinar.
Las mismas fuentes precisaron que ya se dispone de un primer borrador de convenio para concretar las condiciones de ese traslado y la cesión del suelo público alternativo en el que se implantaría la nueva estación. Con ese acuerdo se lograría liberar los espacios públicos ocupados por los tres surtidores con un doble fin: evitar los posibles riesgos asociados al almacenaje de hidrocarburos en zona residencial y acondicionar esos emplazamientos para uso de la ciudadanía con la consiguiente mejora de la trama urbana. El acuerdo, eso sí, sigue sujeto a que prosperen las negociaciones que ya se habrían entablado con Repsol.
En todo caso, la propuesta para la configuración de esa electrolinera sobre suelo municipal no es la única iniciativa impulsada por el equipo de gobierno para fomentar y ordenar la implantación de gasolineras y puntos de carga para vehículos eléctricos. Como avanzó Alicante Plaza, el departamento de Urbanismo dispone ya de una propuesta de ordenanza en la que se determinan condiciones de distancia por lo que respecta a la distribución de gasolinas, y se regula qué tipo de instalaciones de carga eléctrica deben situarse en cada punto del término municipal.
En concreto, se delimita que las instalaciones de mayor capacidad de carga (puntos de recarga ultra rápida, de 350 kw) se posicionen en los bordes del extrarradio para dar servicio a los vehículos que cubran largos desplazamientos; mientras que los puntos de carga súper rápida, con una potencia de 150 kw, se sitúen en puntos estratégicos del casco urbano para facilitar la movilidad interna. Además, también se prevé un tercer nivel con puntos de recarga rápida de 50 kw en zonas más accesibles, que podrían habilitarse incluso en los postes de las farolas del alumbrado público.