El egregio Josep Pla los llamaba Homenots. Entre nosotros el excelente periodista Ismael Belda (desaparecido por desgracia prematuramente, DEP) recogía sus semblanzas en su sección en la edición alicantina del diario El mundo, denominada boines i barrets.
Podemos llamarles simplemente “grandes alicantinos”. Tras invitaros a visitar en dos artículos recientes a José Vicente Mateo y a Manuel Alcaraz Ramos, hoy os quiero aproximar a la figura del insigne Emilio Rodríguez-Bernabeu.
Cardiólogo y poeta, este polifacético intelectual alicantino ha tratado también el tema en que me suelo centrar en mis escritos para Alicante Plaza: la identidad de la Terreta. Su libro de referencia sobre este asunto, cuyas ideas principales es mi objetivo resumir hoy, se llama Alacant contra València.
Es un texto escrito en valenciano y publicado en primera instancia por ediciones Curial en 1994. Fue reeditado por publicaciones de la Universitat de València en 2005 y se puede adquirir actualmente con relativa facilidad.
¿Qué nos cuenta Emilio Rodríguez en este breve ensayo, que apenas sobrepasa las 200 páginas? A mi modo de ver el libro despliega un análisis territorial muy completo, situando las relaciones entre la ciudad de Alicante y la capital de la Comunidad Valenciana en una completa perspectiva histórica.
Según el polígrafo Rodríguez-Bernabeu Alicante no conoce València, a los alicantinos les da pereza visitar el cap i casal, se sienten incómodos en la urbe del Turia. Por otro lado, València cree que toda la Comunidad Valenciana es como ella, no conoce realmente el territorio que va más allá de su huerta, de su hinterland más próximo.
Las relaciones entre las dos ciudades siempre han sido conflictivas. Alicante trató continuamente de llevar una vida autónoma en los siglos de la edad media y moderna, mientras existió el Reino de Valencia. La ciudad principal del antiguo Reino, por su parte, intentó evitar la expansión del puerto alicantino, buscando que fuera el Grao, su propia rada, la infraestructura marítima fundamental del territorio.
Alicante, a su vez, desconfía de Elche y no lidera adecuadamente su provincia. La Terreta tiene un peso poblacional y económico muy relevante pero no cuenta con una importancia política acorde a su potencia en otras esferas.
Existe, en definitiva, un vacío de poder territorial. Alicante no coordina su espacio más próximo y la influencia de València hoy en día no pasa realmente en gran medida de la comarca de la Safor.
Una de las partes más curiosas del libro es aquella que Emilio Rodríguez-Bernabeu dedica a analizar la relación de la Comunitat Valenciana con Murcia, señalando que en realidad ya formamos parte de un espacio común de convivencia muy estrecha. Llega a aseverar literalmente que “de fet Múrcia ja és a dins de la Comunitat Valenciana”.
Estamos ante un ensayo muy sugestivo y personal, que no cuadra al cien por cien con ninguna de las teorías políticas sobre “los Alicantes” que han desplegado tradicionalmente nuestras más conocidas tendencias cívicas.
Este breve y evocador Alacant contra València es un libro de referencia sin duda para pensar la ciudad de Alicante en particular y la Terreta en general. Os animo a buscarlo, adquirirlo, explorarlo y trabajarlo.
Sigamos meditando nuestro Alicante para ganar un futuro mejor. ¡Feliz entrada de año a todos amigos lectores!
Bien por Emilio Rodríguez-Bernabéu y Adelante Alicante.
Antonio Adsuar es autor del blog www.alicantinismo.com