ALCOY (EFE). El técnico del Alcoyano, Juli Cerdá, admitió el distanciamiento que actualmente hay entre el equipo y la afición, y en vísperas de recibir el domingo al Atlético Madrid B en casa, en la despedida del año, aseguró que "parece que juguemos en El Collao como visitantes".
El técnico es consciente de que la dinámica negativa está originando una desafección con la grada que empieza a notarse en los partidos de casa, donde ni afición ni equipo se encuentran a gusto.
"Parece que juguemos de visitante en El Collao. Hay un aura creada desde el año pasado que no ayuda. O hay indiferencia o están callados o rajan a los jugadores. Es complicado trabajar de esta manera. Los jugadores son personas. Ya habrá momento de analizar, pero durante el partido hay que estar a muerte con el equipo. Ese runrún no es beneficioso", indicó.
El técnico no quiso valorar si el partido del domingo frente al Atlético Madrid B puede ser su último en el banquillo si el Alcoyano vuelve a tropezar en casa y cede la tercera derrota consecutiva, lo que le podría dejar en puestos de descenso dependiendo de los resultados de la jornada.
"Ha sido una semana dura pero estoy tranquilo y confiado en el trabajo que estamos haciendo. Está claro que no es agradable todo lo que se escucha y como ser humano que soy, al final te afecta un poco todo y te duele. A mí no se ocurriría cuestionar a un reponedor de un supermercado porque se le han caído las cosas, pero en el fútbol vale todo, lo respeto pero no lo comparto", precisó.
Los números no acompañan y en los cinco partidos que lleva sentado en el banquillo del equipo, solo consiguió ganar en La Constitución de Yecla (1-2), empató otros dos frente a Sevilla Atlético y Ceuta y los dos últimos compromisos frente al Atlético Sanluqueño y Hércules terminaron con derrota.
En total, ha sumado solo cinco de los quince puntos posibles, lo que ha alejado al Alcoyano de los puestos de promoción de ascenso, ya que cuando el equipo estaba a un punto cuando se destituyó a Vicente Parras y cinco jornadas después la perspectiva es otra, a dos puntos del descenso.
"Está claro que algo no estaremos haciendo bien y asumo mi parte de culpa, pero estoy convencido de que estamos en disposición de darle la vuelta a este asunto. De lo contrario, ya no estaría aquí. Se está trabajando bien y los resultados llegarán, es cuestión de acertar con la tecla. Ahora no nos queda otra que seguir trabajando, aunque suene a tópico", confesó.