El panadero Juan Manuel Moreno, en una imagen de archivo.VALÈNCIA. Cerca de 300.000 euros en una única venta asegura haber alcanzado Juan Manuel Moreno vendiendo 25 piezas de pan a 10.750 euros el kilo. El cliente era polaco y la compra la hizo con motivo de la celebración de un cumpleaños con 200 invitados. Moreno es el responsable del la panadería Pan Piña, ubicada en el pueblo malagueño de Algatocín y lleva años ostentando los títulos de elaborar el pan más grande y más caro del mundo.
En el establecimiento, vende panes artesanos de todo tipo y a precios muy diferentes. Sin embargo, él mismo reconoce que si le das a probar a un cliente a ciegas una hogaza de 117 euros junto a otra de 10.750 euros “es casi seguro que no note la diferencia, lo va a disfrutar igualmente. Lo que pagan es la exclusividad, el antojo”, de aquí que muchos de los clientes que le hacen los encargos más caros sean turistas extranjeros en la Costa del Sol, muchos de ellos árabes, estadounidenses y chinos.
Otro español, Hilario García, vende el vino más exclusivo y caro del mundo desde las Pedroñeras (Cuenca). Se trata de un pequeño viñedo con pocas cepas del que salen tres vinos: el AurumRed serie oro, un vino tinto del que solo se ponen en el mercado 300 botellas al año y por las se pagan hasta 17.000 euros la unidad; la edición oro, de la que solo se colocan 500 botellas para la venta al consumidor; y la edición plata, de la que se comercializan 6.000 botellas. Todas llevan incorporada una medalla de oro y plata de 18 quilates.
Lo que hace que este vino sea diferente a todos es, en opinión del bodeguero, la selección de la uva, la calidad de la tierra y un sistema de riego específico para la viña basado en la ionización del agua para eliminar virus y bacterias. Restaurantes y tiendas muy singulares de Valencia, Madrid, China, EE.UU y algunos países europeos son los únicos que se permiten tener en sus anaqueles alguna de estas botellas.
Siguiendo con los vinos nacionales, aunque no se haya desvelado cuál de ellos, se cuenta que la única bodega española certificada como proveedor oficial del Vaticano es la bodega riojana Heras Cordón y que se lleva sirviendo para el Papa desde 2001, en los tiempos de Juan Pablo II, tradición que ha seguido el Papa Francisco.
Y si la bodega de Fuentemayor presume de abastecer los caldos en el Vaticano, el sacerdote y empresario del Café de Oriente y el Grupo Lezama, Luis de Lezama, asegura ser él quien procura el alimento y sirve las comidas a los papas en sus visitas a Madrid.
El 22 de mayo de 2004, el día que los actuales reyes de España celebraron su enlace nupcial en la Catedral de La Almudena, es también una fecha muy memorable en la historia de Cascajares. Sus famosos capones estarían como plato principal del menú. Hasta un total de 600 capones mandaron al restaurante Jockey, encargado de organizar el banquete, para que los elaboraran en sus cocinas con su receta propia: capón asado con tomillo y nueces.
El evento, aseguran en la compañía, “nos ayudó a crecer, tuvimos que abrir una nueva fábrica, nos permitió entrar en el canal de alimentación con el Capón de Navidad, favoreció la internacionalización y la exportación, pudimos aumentar plantilla porque creció la facturación, la imagen de marca fue muchísimo más conocida, pudimos crear nuestra Fundación, etc.”
Pero los reyes también consumen tecnología, como el anillo negro que luce en el dedo corazón de la mano izquierda Juan Carlos I, padre del actual. Se trata de Oura Ring, un anillo inteligente diseñado por la empresa finlandesa de tecnología sanitaria capaz de hacer un seguimiento del sueño, el estrés, la frecuencia cardiaca o la actividad física. También Carlos III y el príncipe Harry utilizan este anillo.
En Zarza Capilla, un pequeño municipio con menos de 300 habitantes en la provincia de Badajoz y cuna de los hermanos de grupo Estopa, confeccionan y suministran a la empresa Parafly paracaídas, cascos y chalecos antibala que luego venden a los ejércitos y fuerzas de seguridad de medio mundo, incluido el ejército estadounidense. Desde Madrid llegan las telas, los hilos especiales y los patrones, pero es en un pequeño taller de costura de Zarza Capilla donde las confeccionan, lo que ha conseguido diversificar la actividad de un pueblo que no llega a los 300 habitantes.
Ezcaray, por su parte también es un municipio pequeño, este de la zona de La Rioja Alta. Aquí es donde Cecilio Valgañón decidió en 1930 transformar la producción de paños en sus telares manuales por la fabricación de pañuelos, bufandas, chales y mantas. Sus mantas de fabricación artesanal han acabado recorriendo el mundo entero a precios que, en casos, superan los 1.600 euros. La incorporación del mohair -fibra procedente del pelo de la cabra de Angora- a sus creaciones en 1950, marca la andadura de la firma hasta la fecha, aunque al mohair de procedencia sudafricana hayan añadido lana merino australiana y y cashmere mongol.
Hoy, Mantas Ezcaray va asociada al lujo y sus artículos son codiciadas en todo el mundo. Su nombre se apareja a otros como los de Loewe, Armani Casa, Carolina Herrera o El Corte Inglés. Ello no es óbice para que sigan funcionando como una empresa familiar que integra ya a la tercera generación.
