ELCHE. El extenso documento de la Agenda Urbana aborda no solo elabora y conecta a través de una visión holística las principales características ambientales, económicas urbanísticas o sociales del término municipal, también traza, una vez conectadas todas, propuestas de actuación sobre las que actuar. Así, después del análisis de los cuatro ejes principales, desde el contexto con el clima, el problema de la vivienda o un PGOU desfasado, hasta la situación de bajas rentas, industria de poco valor añadido y el potencial de la juventud, define más de un centenar de líneas de actuación como corolario. Todas en torno a los ejes analizados: cohesión territorial, temática social, economía y medio ambiente.
Si bien algunas de las líneas planteadas ya se están trabajando de una forma u otra con algunas proyectos, y que hay muchas comunes en los cuatro ejes, que finalmente plantean una planificación urbana a largo plazo, hay algunas no tan evidentes y que abren nuevos nichos de actuación en políticas públicas porque cambian la perspectiva de actuación. Sobre todo en soluciones menos evidentes en materia de uso de recursos, movilidad o medio ambiente. Estas son las principales de las líneas.
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En este bloque recomienda elaborar una estrategia local de vivienda con acciones de rehabilitación y adaptación del parque edificado, sobre todo en los más envejecidos. De accesibilidad a rehabilitación o eficiencia energética. Entre las líneas de actuación posibles para vivienda plantea reurbanizar zonas industriales abandonadas y reedificar y reutilizar terrenos e inmuebles infrautilizados, equilibrar los usos residenciales y terciarios para evitar la gentrificación, fomentar el cooperativismo inmobiliario; fomentar edificios con menor demanda de agua, reutilización de pluviales, eliminar infravivienda y chabolismo, fomentar la titularidad pública de vivienda de forma indefinida, impulsar el alquiler asequible o incluir a personas con discapacidad como beneficiarios en estos planes.
En materia de espacios públicos, generar entornos propicios para una vida saludable, dotarlos de mobiliario polivalente y adecuado, fomentar la cultura para lograr que el espacio público sea seña de identidad o intervenir para eliminar impactos sobre la salud. También controlar contaminación lumínica, de ruido y del aire, impulsar infraestructura verde, reconvertir suelos urbanos degradados en zonas verdes y parques, aplicar criterios bioclimáticos a las plazas o establecer plataformas logísticas en cada barrio para evitar una gran dispersión generalizada.
Sobre el Camp d'Elx recomienda reducir el consumo de suelo virgen para fomentar la productividad del ya transformado, impulsar la interconexión entre lo rural y urbano para fomentar su interdependencia, poner en valor su patrimonio cultural o paisaje urbano y rural, conectar las vías pecuarias, proteger las zonas limítrofes, favorecer el ecoturismo y turismo rural. Por otra parte, apoyar la generación distribuida y autoconsumo energético y favorecer la actividad económica rural.
En cuanto a barrios y pedanías, insta a incrementar la compacidad de tejidos urbanos laxos (incrementar edificabilidad, densidad o reajustar dotaciones sobredimensionadas) para equilibrar desigualdades, diseñar equipamientos y dotaciones adecuadas, sobre todo zonas verdes y espacios libres de convivencia y estudiar la combinación de estos usos. Adecuar las necesidades a los barrios para evitar sobrecostes. Garantizar también la regeneración urbana integrada vinculado a objetivos sociales, educativos o laborales. Fomentar recogida selectiva e impulsar la regeneración urbana en barrios vulnerables.
Establece una línea de actuaciones para las personas mayores, como favorecer la conciliación familiar (residencias, centros de día, guarderías...), activar espacios de convivencia para mejorar la salud mental, impulsar accesibilidad universal, también en el transporte; aumentar dotaciones en parques, fomentar programas de voluntariado, servicios municipales asequibles para vulnerables, adaptar la habitabilidad de vivienda al contexto actual... Propuestas compartidas para la juventud algunas, donde se requiere prevenir el abandono escolar o promover fórmulas de movilidad más económicas: transporte público, bicicleta y a pie. O propiciar lugares de convivencia cultural que fomenten sentimiento de pertenencia.
Por último, en cuanto a conectividad e información, pone sobre la mesa impulsar la versatilidad del espacio público, garantizar una densidad adecuada al tejido urbano, promover la inclusión de animales de compañía en la vida pública por su contribución a salud física y mental; hacer del espacio público un eje de convivencia y cohesión social y fomentar actividades sociales o culturales que lo garanticen, así como el asociacionismo de barrio que se implique en él. Asimismo habla de la importancia de fomentar el gobierno abierto y transparente con portales de open data, aumentar y facilitar los servicios de administración electrónica y alfabetización digital.
En este apartado, menos homogéneo que los dos anteriores al centrarse en lo económico, empieza por la generación de valor añadido a los sectores. Recomienda adelantar medidas que tengan en cuenta la posible pérdida de empleos por la robotización. Flexibilizar instrumentos urbanísticos para poder responder a la demanda real, fomentar el acceso a nuevos modos de consumo, economía circular y digital, impulsar la innovación, incentivar el sector primario con valor agrológicos significativos; generar espacios atractivos para la economía y reservar espacios para productos locales, impulsar turismo ligado a la innovación, o crear bases estadísticas para tener conocimiento de dinámicas locales. Incorporar nuevas tecnologías como el big data o la IA, digitalización de la ciudad, servicios públicos...
Para promover las alianzas y complementariedades del tejido económico, destaca incentivar las actividades que favorecen la diversidad de usos y reservar espacio suficiente para actividades económicas y productivas, liberar espacio del coche privado para espacio público de uso múltiple (comercio local, peatón), fomentar la economía social o el turismo urbano sostenible. En cuanto a garantizar oportunidades laborales de toda la población, se fija como fundamental asegurar la prestación de servicios públicos que favorezcan la conciliación familiar, incentivar actividades que favorezcan la diversidad de usos, promover la actividad económica como revitalización de los barrios o garantizar la igualdad de trato y oportunidades. Señala actuaciones que permitan diversificar la estructura productiva y formación especializada de innovación y nuevas tecnologías.
Por último, el bloque medioambiental plantea para preservar el patrimonio cultural y natural actualizar el catálogo de protecciones, adoptar campañas de difusión de los bienes además de impulsar su protección, aprovecharlo para actuaciones de regeneración urbana, reducir la deforestación, respetar los usos de zonas húmedas o restauración ecológica en suelos degradados. En movilidad, habla de corredores continuos para conectar barrios, reducir la isla de calor de la ciudad, también la dependencia del vehículo privado con un modelo urbano compacto... Así como promover la renovación del parque de vehículos, tirar de energía eléctrica, fomentar cadenas metropolitanas de transporte, modelos urbanos de usos mixtos que reduzcan los viajes intraciudad, intercambiadores de transporte como nodos, ubicar actividades periféricas en puntos de alta accesibilidad, y los edificios según necesidades reales, promover redes ciclistas...
Para acabar, para reducir la dependencia de combustibles fósiles de nuevo incide en energías renovables, uso compartido de infraestructuras para los servicios urbanos, disminuir el consumo de agua, reducir el gasto de recursos mediante eficiencia energética, mezcla de usos en edificios... En cuanto a mejor gestión de residuos: proyectos de prevención de daños por inundaciones, adecuar la calidad del agua según el uso, aprovechar las aguas grises, sistemas de depuración no agresivos con el entorno, recogida selectiva, edificios que consuman menos, establecer criterios de compra pública en el ámbito local o fomentar la separación de origen de los residuos textiles, entre otros.