BENIDORM. "Estoy disfrutando este como un momento muy especial, con un equilibrio de todas las músicas que me gustaban hasta ahora. Puedo hacer canciones de hace años y canciones nuevas y ambas conviven bien. Siento como una armonía que creo que es fruto de muchos años de esfuerzo; creo que ahora estoy recogiendo todo lo sembrado durante todas estas décadas". Así expresa la realidad que está viviendo Xoel López, cuando echa la vista atrás para hacer un balance sobre su exilio a Argentina, allá por el año 2008. "Fueron muchos los factores que me animaron a provocar un cambio, a buscar algo diferente: me fui en busca de aventuras, de experiencias y con ganas de descubrir otras formas musicales. No sabía en qué iba a derivar eso y casi diría que el momento en el que estoy ahora es el mejor de mi carrera", expresa. Parece que el músico comparte algo más que este nirvana con La Casa Azul, ya que el gallego también actuará esta sábado 27 de julio en el Low, un festival "muy saludable y exitoso, potente, con mucho público y un buen cartel", opina el gallego. "Yo soy de una generación a la que le tocó sufrir la hegemonía de lo anglosajón, por lo que se agradece que apueste por bandas de aquí y que nos deje tocar a horas buenas y en escenarios grandes, porque no todos los festivales lo hacen", matiza.
Un evento, este de Benidorm, que cierra su frenético mes de julio, en el que el músico no ha parado de tocar, al contrario que en agosto, cuando "daremos algún concierto, pero descansaremos un poco más", confirma. Son tres los discos que suma bajo su firma, Xoel López, (14 en total, incluida su época como Deluxe), publicando su último álbum en invierno de 2017, titulado Sueños y pan. Casi dos años de abstinencia que llevan a la gente a preguntarse qué estará preparando el músico: "Yo creo que para octubre del año que viene podríamos hablar de un nuevo disco", vaticina. "Estoy componiendo canciones, aunque todavía no tengo el repertorio completo como para un disco. Por ahora, son canciones un poco desnudas y no sé hacia dónde va a derivar todo esto, pero es pop; no voy a sacar un disco de jazz", adelanta un tanto cómico.
Y es que el pop es la que considera como mejor definición para su música: "Lo mío son canciones melódicas, de estructura clásica. Los grupos que me gustan de siempre son los que componen canciones redonditas en el sentido de que no se trata de rock sinfónico, jazz ni música experimental; es pop", explica el artista. Aunque es este el género sobre el que se proyecta, matiza que su "búsqueda tiene que ver con la canción. Da igual si la hago con un ritmo más latino o más rock, con guitarra eléctrica o española, si la canto con voz grave o con falsete; en el fondo, siempre es la canción lo primero, lo más importante. Letra y melodía, con los arreglos necesarios porque me gusta buscar cierta sencillez en el resultado final", confiesa.
Ligada a esta desnudez musical, otra de las que considera pieza clave en sus trabajos es "la síntesis", una característica que refleja muy bien en la forma de titular, a través de monosílabos. Sin embargo, dentro de las canciones expone utopías, realiza mucha descripción y vibra lo personal, lo subjetivo, el corazón: "Plasmo muchos sentimientos diferentes: puede que aparezca, de repente, cierta nostalgia, anhelos, a veces hasta enfado. Pero también amor en su concepción más amplia, amistad o decepción. Trato de verter todo mi mundo emocional", asegura Xoel López. Desvela que empezó a escribir canciones para comunicarse: "Es una forma de entender mejor mi mundo, lo que me rodea y tratar de embellecerlo. En la música existe una búsqueda de la belleza y eso es lo que me hace ser un melómano. Hay días un poco ramplones donde pones una canción y eres más feliz. En la música de otros y la mía propia busco sentirme un poco mejor", admite.
Aunque no solo la música es vehículo de sus emociones: "A través de la escritura también procuro exorcizar ciertos sentimientos y comunicarme con mi público y con la gente que me quiera escuchar, lo que me hace sentir bien". Y es que el artista ha publicado ya dos libros, aunque no por búsqueda propia: "Yo tropiezo con la escritura. Escribo para hacer canciones, pero llega un momento en el que me sobran versos, los cuales empiezan a mutar hacia otra cosa y a tener cierta autonomía. En un momento dado me propusieron editar y me animé", comenta. Versos rechazados que hacen brotar sus libros como por accidente, sin intención: "Haber editado fue algo inesperado, no lo busqué, así como sí buscaba desde niño publicar un disco. Tengo ganas de hacer un álbum, que es lo mío, lo que me apasiona por encima de todo", subraya el músico.