hilando fino

Una primavera con más gloria que dolor

Hay vida después de las Fallas y viene llena de exposiciones, conciertos, libros, nuevos restaurantes... la primavera en la terreta nos promete días de gloria 

23/03/2019 - 

VALÈNCIA. En València hay vida después de las Fallas y, además, es mejor. Atrás quedaron los días de intenso  fallerío donde no había ni un balcón vacío en las proximidades de la Plaça del Ajuntament a la hora de la mascletà -¿dónde esconden esos balcones y terrazas el resto del año?-. Tampoco una verbena con su Dj correspondiente, en la Falla Castellón-Segorbe los chicos de The Basement hicieron bailar durante varios días a lo mejorcito de la modernor valenciana. La evolución de las verbenas más allá del electrolatino y “Paquito el chocolatero”.

Este año las Fallas han sido potentes y larguísimas o, quizás, sea cosa mía que desde que existen vuestros stories de Instagram retransmitiendo las fiestas al minuto, una tiene la sensación de vivir en bucle paellas callejeras, mascletaes y pasacalles. Las Fallas ya no terminan el día 19, terminan 24 horas después, cuando caducan vuestros stories. Pues lo que decía, que las Fallas ahora duran más, aunque sea solo virtualmente. Sin embargo, la lluvia durante la Cremà casi provocó que los monumentos falleros sobrevivieran más allá de las redes sociales. Sé que más de uno se despertó al día siguiente mirando de reojo los lugares que ocupaban las fallas temiendo encontrárselas todavía en pie cortando las calles.

Unos días antes, me pregunta una amiga japonesa que visita las Fallas por primera vez si las carpas  también arden el día 19. Me ahorro el comentario malicioso, que ya bastante desconcierto lleva. 

Al día siguiente, no queda nada. No hay lluvia que impida que el fuego purificador haga su trabajo. 

Es la magia de las Fallas. 

 “No puedo decirte, aunque quisiera, el secreto de la primavera”, escribió Federico García-Lorca en su poema Idilio, dedicado a esta estación que comienza.

Lorca no podía confesarnos el secreto de la primavera pero yo sí puedo revelarles algunas cosas más mundanas que nada tienen ni de secreto ni de poesía. Una de ellas es que con la primavera comienza la época de BBC -bodas, bautizos, comuniones- y que nos vamos a hartar de ver vestidos y conjuntitos de color coral. Un tono que, ya de por sí, batía récords entre las invitadas pero además Pantone ha hablado y hace unos meses lo nombró color del año, “Living Coral” lo han bautizado ellos. Digo yo que el nombre será para despistar porque es el coral de toda la vida. Lo que nos faltaba. Pues eso, que veremos living a lo loco a todas las invitadas vestidas de coral.

También la primavera trae consigo un fenómeno en las redes que acompaña todas las primeras fotos en la playa, las escapadas a Formentera o los posados con estilismos primaverales new season. Es llegar el buen tiempo y los influencers no paran de vibrar cual Gremlin asustado porque todas sus publicaciones se acompañan del hashtag #vibes -vibraciones, en inglés-. #Sunvibes, #springvibes, #goodvibes... viven en una vibración constante. 

 La primavera en la terreta tiene mucha luz y más color que la cocina de Almodóvar en su última película Dolor y gloria, que se estrenó esta semana y no se la pueden perder. 

Justamente de dolor aunque con la gloria de su característico estilo como ilustradora trata la exposición Tres de Cristina Durán que se inauguró el jueves en la galería Pepita Lumier. Digo dolor porque  plasma cuestiones como la lucha de los familiares de las víctimas del accidente de metro de València y su apuesta "militante" por visibilizar la diversidad funcional. 

No son fotografías ni reproducciones realistas pero justamente por eso,  por ser un cómic, una tragedia de tal magnitud, curiosamente resulta más impactante aún en este formato. Utilizar la ilustración para transmitir una realidad y darla a conocer a personas que quizás de otro modo no la hubieran alcanzado. El formato de Tres no le resta crudeza a la historia que hay detrás sino que constituye una nueva manera de narrar el mundo que nos rodea.  

Completan la exhibición una recopilación de trabajos para prensa y publicidad de la autora y un extracto de 'Vicente Blasco Ibàñez: Una vida apassionant', otro de los cómics de Durán.

Y en estos días que ya alargan y la temperatura acompaña, apetece no entrar en casa. Los planes para conseguirlo son muchos y variados como, por ejemplo, pasear por la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión que ocupa hasta mañana con sus casetas la Gran Vía Marqués del Turia. ¿Quién necesita Amazon? Muchos somos la resistencia ante el gigante, mi Amazon particular, por ejemplo, es desde hace años la Librería París-Valencia.

 Y hablando de libros, el pasado jueves la escritora y Premio Planeta, Carmen Posadas visitó la Fundación Cañada-Blanch en un encuentro organizado en conjunto con Casa Mediterráneo en su apuesta por el impulso de la literatura y cultura entre los países de la cuenca mediterránea con el ciclo #LetrasdelMediterráneo. La escritora destacó la creatividad y el movimiento cultural que se genera en el Mediterráneo en comparación con otros lugares de España. Posadas, siempre tan elegante y de modales exquisitos, se acabó de meter al público valenciano en el bolsillo cuando contó que cuando tenía 12 años visitó València durante  las Fallas y le provocaron un gran impacto por lo que tiene pendiente volverlas a vivir próximamente.

La charla contó con la presencia del embajador Dámaso de Lario, representante en València de Casa Mediterráneo; el Dr. Juan Viña, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universitat de València y Paula Sánchez, de Fundación Cañada Blanch. Se encargó de la presentación del evento,  Marina Vicente, CEO de la editorial alicantina Mankell. 

Y para seguir disfrutando del buen tiempo y continuar sumando planes, hoy el grupo argentino Miranda hará bailar a los poperos -sí, sobrevivieron más allá del 2000- con sus ritmos frescos en Jerusalem Club. Además, este fin de semana se celebra el festival de música punk-rock, Fuzzville!! en el resort Magic Robin Hood de Benidorm. Un cartel con grupos algo desconocidos para el gran público pero que supone una experiencia 100% Benidorm por su localización: la reproducción de un castillo medieval que muchos quizás hayáis visitado en vuestra infancia porque organizaban cenas temáticas y espectáculos de batallas de caballeros con caballos, lanzas y toda la parafernalia medieval.

Y con tanta exposición, libros y música es normal que tengamos que reponer fuerzas y no debemos perder la oportunidad de estrenar la ampliación y el nuevo concepto de Al Pomodoro, el emblemático restaurante del Grupo Vicios en la calle del Mar. Su nuevo restaurante parte de la ‘bottega’ italiana, una especie de bodega italiana o como lo llaman ellos, osteria, que oferta todo tipo de fiambres, quesos y vinos y además ofrecerán sesiones de tardeo y aperitivos al estilo italiano. 

La primavera ha llegado a València y nos promete días gloriosos.

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