el billete / OPINIÓN

Son nuestros hijos

Foto: EVA MÁÑEZ

La crisis de los centros de menores se le va complicando a Mónica Oltra, empeñada en desviar la atención sobre unos hechos gravísimos de los que los responsables están en su Conselleria

28/05/2017 - 

Andará preguntándose todavía Pablo Iglesias por dónde le vino la bofetada de Mónica Oltra el pasado jueves. Sin previo whatsapp a su socio de lista electoral, la lideresa llamó a la cadena Ser para que Pepa Bueno soltara en prime time a las ocho de la mañana que Compromís iba a pedir a Iglesias que retirase la moción de censura que ha presentado para sustituir a Rajoy como presidente del Gobierno. "Según Mónica Oltra", que eso debía quedar muy claro, era Compromís, pero sobre todo era Oltra la que lo anunciaba.

La lideresa de la coalición fue así protagonista en radios, televisiones y periódicos nacionales el mismo día que protagonizaba las portadas de los medios valencianos tras su bronca comparecencia en Les Corts sobre el escándalo de los centros de menores tutelados de la Generalitat. ¿Todavía no adivina Iglesias a qué vino el repentino cambio de opinión de Compromís y su puesta en escena?

En su comparecencia en Les Corts, Oltra dedicó casi media hora extender de una manera imprudente —ya veremos si delictiva— la cortina de humo de Segorbe de la que ya hablé la semana pasada. Para ello, reveló y repartió a los medios de comunicación las declaraciones de la menor que sufrió presuntamente acoso sexual por parte de un empleado del centro, que en un pueblo como Segorbe permiten a buen seguro identificar tanto a la víctima como al autor de la frase "vas a seguir chupando pollas toda la vida".

Oltra perdió el debate cuando repartió culpas a diestro y siniestro sin la más mínima autocrítica, cuando cargó contra la gestión privada de los centros obviando que el mayor problema le ha estallado en un centro 100% público como es el de Monteolivete y, sobre todo, cuando pasó por alto ante a la Cámara hechos gravísimos que habrían arruinado su discurso. 

Mónica Oltra y Pablo Iglesias, en un mitin en 2016. Foto: EVA MÁÑEZ

En esas circunstancias, la lideresa vio un burro volando y decidió que todos —en Madrid— mirasen al cielo mientras tapaba lo del suelo. Y lo logró. En ninguna entrevista le preguntaron por lo suyo, estando tan candente lo de Iglesias. En Compromís atribuyen tal coincidencia a la casualidad, pero hay que ser muy ingenuo para creer que en política las casualidades existen.

No es extraño que Irene Montero, enfadada, no cogiera el teléfono cuando Baldoví quiso comunicarle lo que Oltra ya había dicho por la radio. Allí no leen la prensa valenciana y veían motivos políticos, solo políticos. ¿Siguen sin ver que lo del jueves no era solo un favor de Oltra a Ximo Puig, que también?

Sí, también era un favor al president, porque Puig ha estado desde el primer minuto al lado de su vicepresidenta en esta crisis, sentado a su lado en Les Corts mientras Oltra aguantaba el chaparrón de PP y Ciudadanos, de María José Catalá y Alberto Ibáñez. Hacía tiempo que no se veía tan juntos a Puig y Oltra, tan solidarios en la peor semana para ambos desde que gobiernan, como dos cojos que andan juntos para darse apoyo mutuo. Lo que estará disfrutando Carmen Montón.

Prostituidos

"Son nuestros hijos, nuestra familia", dijo la consellera en referencia a los niños tutelados por la Generalitat. Algunas de esas "personitas" son menores de familias desestructuradas a cuyos padres se les ha retirado la patria potestad porque no son capaces de evitar, por ejemplo, que acaben siendo prostituidos. Menores que quedan bajo el amparo de la Generalitat.

El jueves, el día que Oltra triunfaba en las emisoras de la capital con su petición a Iglesias, Valencia Plaza desvelaba en exclusiva que había otro caso de presunta prostitución de menores en Monteolivete muchísimo más grave que el presunto caso de acoso sexual a una menor en Segorbe, al que Oltra dedicó en Les Corts casi media hora de discurso. 

Mónica Oltra, en la rueda de prensa del pasado viernes. Foto: GVA

Tres personitas menores de 16 años tuteladas por la Generalitat que estuvieron meses prostituyéndose. "Pero era fuera del centro", dice Oltra, con lo que la consellera, según afirmó el viernes a preguntas de este periódico, no cree necesario investigar la actuación del personal de Monteolivete. Tal es su fe en la gestión pública, mientras dirige su ira contra el centro de Segorbe, privado, al que por supuesto también hay que investigar aunque Oltra ya haya dictado sentencia.

Ante la evidencia de las nuevas revelaciones, la vicepresidenta amplió el viernes su lista de culpables de lo ocurrido —esta vez le tocó a Moragues—, todos menos ella, hasta que la periodista Marta Gozalbo pudo arrancarle casi al final una mínima autocrítica en la rueda de prensa más incómoda de las que ha tenido como portavoz en estos dos años (por cierto, la consellera de Igualdad debería hacer el esfuerzo de tratar por igual a todos los periodistas, jóvenes o veteranos, que le hacen preguntas incómodas). 

Puede que la número dos del Consell haya cambiado de opinión respecto a la investigación interna en Monteolivete después de publicar Levante este sábado que la familia de una de las menores alertó al centro antes de la investigación policial y que sus responsables sospechaban hace meses que algo ocurría porque las menores manejaban dinero de procedencia desconocida. Y como las monjas de Segorbe, tampoco se lo comunicaron a la Conselleria. Cuando una niña se prostituye, el juez investiga la actuación de los padres y si es necesario les retira la patria potestad. En este caso, el padre o madre de las menores es la Generalitat. Así que si la Conselleria no investiga su propia actuación, tendrá que hacerlo el juez.

Puig libra a Bonig del palo de Valmor

El Consell ha presentado ante el Tribunal de Cuentas una demanda contra las exconselleras Trini Miró y Lola Johnson y cuatro exdirectivos de la empresa pública Circuito del Motor y Promoción Deportiva por el escándalo de Valmor Sports. Una demanda de 24 millones de euros, fruto de la denuncia que presentaron en su día los entonces diputados de Compromís Mónica Oltra y Fran Ferri.

Ximo Puig e Isabel Bonig, en Les Corts. Foto: EFE/MANUEL BRUQUE

El Gobierno de Ximo Puig podría haber incluido como demandada a Isabel Bonig y a todo el Consell de Alberto Fabra que aprobó aquella operación en 2011, pero ha preferido confiar en la versión de que el resto de miembros del Ejecutivo actuaron engañados por Johnson, que les hizo creer que los 0,99 euros que pagaba por Valmor —endeudada hasta las cejas con la propia Generalitat— era el único coste que asumía la Administración con esa ruinosa operación. 

Si lo creyeron así, incluidos los consellers de Economía y de Hacienda, eso nos da la medida de en qué manos estábamos.

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