El 18 de junio de 2020 extendimos al resto de grupos municipales una iniciativa con el fin de que el Ayuntamiento dispusiera para Alicante de un memorial en homenaje a las víctimas de la pandemia y según una idea de nuestra responsable de Cultura, Trini Amorós.
15 días después de esa aprobación sí hubo homenaje a las víctimas, pero solo a las cristianas y en coalición entre Alcaldía y el Obispo que tan buenas dosis de caridad se inoculó a sí mismo, a su hermana y a su cuñado. Unos días después, el Partido Popular no propuso ningún acto de recuerdo por Miguel Ángel Blanco en Alicante. Ni presencial ni no presencial. Solo acudieron a su memorial para dejar unas flores concejales de nuestras filas.
No obstante, en agosto, uno de los conciertos organizados por la Concejalía de Cultura fue dedicado a las víctimas. A Manresa se le podrán achacar muchas cosas, pero nunca falta de humanidad. Pasaron los meses y seguía sin saberse cómo se materializaría aquella iniciativa del pleno del día después de Sant Joan. Llegaron las subcomisiones de la Comisión de la Recuperación de Alicante y tampoco.
Llegó el otoño y seguimos sin saber nada del memorial. Llegó el cuarto expediente de modificación presupuestaria y supimos que uno de sus items era para el memorial. Los convencimos para que separaran la dotación del concurso de la fabricación del mismo, ya que se había incluido en ese monto de 17000 euros los honorarios, la fabricación y los materiales. No se les pasó por la cabeza que tal concurso serviría también como refuerzo de la autoría local en pleno estancamiento de la activividad cultural. Propusimos que invitaran a esa autoría a participar, pero seguimos sin saber si esa propuesta se llevó a cabo. Tampoco Barcala acudió a la fuente de la iniciativa para vincularla. Sé qué Trini Amorós habría disfrutado de hablar, valga como ejemplo, de la saga alicantina de los Carrillo. Ni siquiera se acuerdan de la Cultura cuando la tienen delante de las narices: ni con unas narices de Botero.
No fue hasta pocos días antes de que llegara 2021 (seis meses después), cuando se aprobó el expediente de modificación presupuestaria y con ello gasto del memorial. Otros vecinos de otras ciudades hacía meses que paseaban entre memoriales aprobados, instalados e inaugurados. Del nuestro, solo se había llegado a la aprobación. Eso sí, en esas fechas ya estaba plantado un nacimiento gigante. Solo el canon que se hubo de pagar a la organización de los Récord Guiness alcanzaba casi la cifra de lo presupuestado para el memorial. Qué enana ha quedado esa iniciativa después de la tercera ola de la pandemia.
138.100 euros del nacimiento gigante no fue la factura final: algunas empresas participaron en costos que no se habían incorporado al concurso, como la iluminación o la sonorización, tal como Jiménez reconoció a nuestros concejales. Aseguró que fue un acuerdo entre el artista y algunas empresas, y que no tenía nada que ver con su Concejalía. Pero, curiosamente, en el presupuesto de este año sí se incluyen esas partidas para iluminación y sonido. ¿Es que a la Concejalía le toca pagar los años impares? Veamos el lado bueno de las cosas: afortunadamente, no le dejaron la producción del memorial a Manolo Jiménez.
Desde que se aprobó aquel gasto para el memorial ya han pasado tres meses más. Nueve meses desde que se aprobó la iniciativa. A aquellas víctimas de 2020 se han sumado nuevas víctimas de manera atroz. Hace poco conocíamos que más del 40% de esas víctimas murieron en el mes de enero y febrero de 2021.
La Comunitat Valenciana inauguró su homenaje escultórico hace casi seis meses, de una autora alcoyana, por cierto. Madrid utilizó una escultura que data de 1995 y a continuación la escondió para su vergüenza. Alcázar de San juan instaló una pieza de un artista local. Artistas de Calvià cedieron una propia obra. Leganés descubrió una obra de Ana Hernando. En Pantoja, un municipio de tres mil habitantes, el memorial escultórico forma parte del pueblo hace meses, en Malpartida de Plasencia, también. Y en Navaleno, donde son menos de un millar, del mismo modo.
Ha pasado un año desde que se decretó el estado de alarma, nueve meses desde que todos los grupos firmamos la iniciativa. Por ahora, solo tenemos el silencio del Alcalde y su equipo