La experta de Ibercaja Gestión recomienda monitorizar el avance de las negociaciones comerciales bilaterales entre estadounidenses y chinos
MADRID. La cita más importante del año del BCE no decepcionó. El 12 de septiembre la institución europea anunció una nueva batería de medidas monetarias para mantener un entorno financiero acomodaticio: recorte del tipo de depósito del -0,4% al -0,5% (lo que supone un resultado en línea con lo esperado por la mayor parte del mercado), reapertura de su programa de compra de activos a partir de noviembre por una cuantía de 20.000 millones de euros al mes (importe inferior al 30.000 millones durante al menos seis meses anticipado pero que estará vigente todo el tiempo que sea necesario) e implementación de un sistema escalonado de remuneración del exceso de reservas de los bancos que permite que una parte no esté penalizada al -0,5% sino al 0%. Además, modificó su guía futura de los tipos, vinculando sus movimientos al cumplimiento del objetivo de inflación y no a un calendario fijo, de forma que seguirán en los niveles o incluso más bajos hasta que el IPC no converja hacia el 2%.
Mañana es el turno de la Reserva Federal y la pregunta es ¿seguirá los pasos del BCE y aplicará una política monetaria más expansiva? El mercado así lo cree. De hecho, asigna una probabilidad del 100% a que el comité norteamericano baje los tipos por segunda vez este año en 0,25%, desde el rango 2%/2,25% donde están situados actualmente. La desaceleración en el ritmo de creación de empleo en EE UU en agosto (debido al menor gasto de las empresas por la incertidumbre de la guerra comercial) y la caída en la tasa de inflación de 1,8% a 1,7% (por el descenso en los precios del petróleo) proporcionan a la Fed argumentos suficientes para acometer este recorte.
A partir de esta reunión, la actuación de la institución norteamericana es más difícil de anticipar. Se descuentan otras tres bajadas de tipos en los próximos 12 meses, una senda muy agresiva que llevaría los tipos oficiales hasta el 1%/1,25%. El escenario de que se produzca una recesión en EEUU en el horizonte temporal de un año es baja (la Reserva Federal de Nueva York asigna una posibilidad del 37%) por lo que es incierto que vayan a materializarse todas estas subidas.
Es fundamental monitorizar el avance de las negociaciones bilaterales entre EE UU y China así como la evolución de los datos de crecimiento y de precios en Estados Unidos, puesto que son las variables claves que van a condicionar las decisiones que tome la Reserva Federal. Veremos si continúa con la estela del BCE o si prefiere esperar.
Cristina Martínez Juste es responsable de planes de empleo en Ibercaja Gestión