VALÈNCIA. Joan Ribó (Compromís) continuará ostentando la vara de mando en el Ayuntamiento de València con el apoyo del PSPV-PSOE cuatro años más y sin el concurso de Unides Podem-EUPV, que se ha quedado fuera del consistorio al no conseguir superar la barrera del 5%, tras superarse el 90% del escrutinio.
Así, la coalición valencianista apunta a lograr 10 concejales, uno más que los conseguidos en 2015 y en tono a un 27,5% de los votos, casi cuatro puntos por encima de su marca de hace cuatro años. Un leve ascenso que, no obstante, le sitúa por encima de lo que venían marcando las encuestas y le convierten en la fuerza más votada.
En segunda posición quedaría el PP liderado por María José Català. La candidata popular salva los muebles y logra un resultado digno de ocho ediles que le deja muy cerca de la Alcaldía. Así, aunque pierde dos concejales, se quedaría a solo uno de conseguir la vara de mando y en una buena situación para ejercer de líder de la oposición.
En tercer lugar aparece la socialista Sandra Gómez. Su ascenso de cinco a siete regidores es un resultado aceptable aunque todavía lejos de competir con Ribó de tú a tú. El 19,5% conseguido está más de cinco puntos por encima del bagaje obtenido en 2015 y le puede ofrecer una segunda oportunidad para intentar el asalto a la Alcaldía en 2023.
Por otro lado, la candidatura de Ciudadanos liderada por Fernando Giner se estanca en los seis ediles pese a su ascenso de más de dos puntos hasta el 17,4%. La formación naranja no ha logrado superar al PP y volverá a atravesar un mandato como segunda fuerza de la oposición, un balance que tiene un sabor amargo para las huestes de Albert Rivera en la capital y que acrecentan las dudas sobre el papel del candidato al consistorio.
La última fuerza que entraría en el consistorio es Vox. La formación de extrema derecha demuestra que su electorado ha sido relativamente fiel a la pasada cita con las urnas y entra por primera vez en el Ayuntamiento de València con dos ediles y más de un 7%, lo que supone un éxito para el partido de Santiago Abascal.
El gran perdedor de estos comicios que, además, ha hecho tambalearse al bloque de izquierdas, ha sido Unides Podem-EUPV. Pese a la confluencia -Esquerra Unida sacó 4,7% en 2015 en solitario-, esta coalición solo ha obtenido un 4,2%, lejos de superar la barrera electoral. Así, pese a la alianza, han perdido la mitad de sus apoyos y se han quedado fuera del consistorio, por lo que el futuro Govern de La Nau solo estará compuesto de Compromís y PSPV-PSOE.