VALÈNCIA (EFE). El apagón de Radiotelevisión Valenciana (RTVV) cumple el jueves cuatro años, 1.462 días, sin que la nueva televisión autonómica haya iniciado sus emisiones -algo que podría ocurrir en el primer trimestre de 2018-, aunque la radio ya emite en pruebas para empezar este diciembre con una programación reducida.
La puesta en marcha de la nueva cadena pública ha sido un proceso más largo de lo esperado, pues el nuevo Gobierno valenciano llegó a anunciar el inicio de las emisiones para el 9 de octubre de 2015 (día de la Comunitat Valenciana), pero desistió después de que su socio parlamentario, Podem, rechazara que fuera con contenidos "enlatados".
El que se haya dejado en manos de Les Corts la presentación de la normas primero para la derogación del cierre de RTVV y después para la recuperación del servicio público, como muestra de que la nueva cadena nace independiente del poder ejecutivo, ha alargado también el proceso, aunque se asegura que estas normas son un "referente".
La intención era que se pusieran en marcha a la vez todos los medios de la nueva radiotelevisión, que se llama À Punt, pero finalmente en diciembre empezarán la web (que incluirá programación infantil y series) y la radio (con un magacín y música), y se quiere que en el primer trimestre de 2018, abril como máximo, emita la televisión.
No obstante, la fecha de las emisiones televisivas -que cuando comiencen lo harán con la parrilla al 100 %- dependerá de la resolución de las bolsas de trabajo temporales, a las que se han presentado 11.525 solicitudes, y de si prospera la petición de la Unió de Periodistes Valencians de suspensión cautelar de unas bolsas que a su juicio privilegian a los extrabajadores de RTVV.
Este recurso contencioso-administrativo supone un nubarrón en el horizonte judicial de la nueva cadena, que había quedado despejado después de que la Audiencia Nacional avalara el pasado enero el expediente de regulación de empleo (ERE) que extinguió los contratos de los 1.600 trabajadores de RTVV y el Supremo lo ratificara hace unos días.
Mientras tanto, se avanza en configurar el edificio de Burjassot (donde estaba Televisión Valenciana) en un centro de comunicación en el que se ubicarán la televisión y la radio autonómicas, el archivo audiovisual, la Corporación Valenciana de Medios de Comunicación (el nuevo ente público) y el centro territorial de Televisión Española.
Para ello se están acometiendo las obras para convertir los 600 metros cuadrados de la primera planta en una redacción integrada y se han adjudicado las inversiones tecnológicas de mayor coste, como el sistema de producción y edición de programas, la actualización del control central, la plataforma multimedia y la multicontinuidad.
Además, se han firmado ya cuarenta contratos para los contenidos de la nueva radiotelevisión, que junto a los que se rubricarán en las próximas semanas supondrán cerca de mil empleos, según los cálculos de la directora general de À Punt, la periodista Empar Marco, quien fue elegida mediante concurso público hace ocho meses.
También se ha retomado la relación con la FORTA, se ha creado una Carta de valores para los contenidos infantiles y un Libro de estilo, y se ha aprobado un presupuesto de 55 millones de euros anuales para el nuevo ente público, con el compromiso firmado de no incrementarlo durante tres años.
En definitiva, un largo camino recorrido que comenzó el 29 de noviembre de 2013, cuando a las 12.19 horas quedó apagada por decisión del Ejecutivo valenciano la RTVV nacida 24 años antes, y cuyo hueco "hay ganas y necesidad" de cubrir, según la directora general de À Punt.
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El momento más visto fue la bajada de la Senyera con un 20,4% de cuota de pantalla, donde À Punt lideró la audiencia por delante del resto de cadenas.