SALINAS. La empresa Químicas del Vinalopó, fundada en 1988 y dedicada a la fabricación de jabones, detergentes y otros artículos de limpieza, ha sido —directa o indirectamente— una víctima más de la crisis pandémica. El pasado 28 de mayo, el BOE publicaba la entrada de la compañía en concurso de acreedores. Sin embargo, fuentes municipales han asegurado a este diario que la compañía cesó su actividad en Salinas en 2020.
Allí se instaló unos años atrás, puesto que, al menos hasta 2016, estuvo domiciliada en Monóvar. Con todo, las últimas cuentas anuales presentadas por la empresa son las correspondientes al ejercicio de 2018. Aquel año, la firma facturó un total de 1,7 millones de euros y obtuvo un resultado neutro, esto es, sin pérdidas ni ganancias. En aquel momento, la sociedad contaba con una plantilla de 20 personas.
Cuando Químicas del Vinalopó echó el cierre en Salinas, sus instalaciones pasaron a ser, curiosamente, las de una empresa similar. Endemic Biotech, una gama de productos ecológicos para la limpieza del hogar y el cuidado personal, se asienta allí desde entonces. La marca, también valenciana, se define como una empresa innovadora, de base tecnológica, especializada en cosmética natural, higiene ecológica certificada y bioprotección profesional. De hecho, se distingue como “la primera empresa en certificar productos ecológicos con la Etiqueta Ecológica Europea en la Comunitat Valenciana y la primera a nivel nacional en certificar una gama tan completa”.
Casualmente, en el registro empresarial, el domicilio social de Endemic Biotech coincide con el que tuvo anteriormente Químicas del Vinalopó: partida Collao Novelda, número 3 (en Monóvar). Además, la primera presume en su página web de contar con una experiencia de más de 30 años en el desarrollo de la “química verde”. No obstante, en su perfil de Linkedin, aparece como fecha de fundación el año 2006, por lo que podría existir una vinculación directa con la empresa concursada (creada hace 33 años). Sin embargo, fuentes de la propia compañía (Endemic Biotech) han negado a Alicante Plaza tener cualquier tipo de relación con Químicas del Vinalopó, más allá de ocupar la que fue su sede.
Sea como sea, esta última ha pedido el concurso de acreedores voluntario y así lo ha aprobado el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante. De este modo, según figura en el BOE, la deudora conserva sus facultades de administración y disposición, pero sometidas a la intervención de la Administración Concursal, que, en este caso, es el gabinete Alamar Abogados de València. A partir de ahora, y en el plazo de un mes, los acreedores deberán poner en conocimiento de la Administración Concursal la existencia de sus créditos en Químicas del Vinalopó.