ELCHE. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha recordado, durante el acto de puesta en servicio de la nueva conexión de Alta Velocidad, que “hoy el Estado proyecta modernidad en dos grandes ciudades; Elche y Orihuela” y ha destacado el simbolismo de “esa cohesión que necesita nuestro alargado territorio, de norte a sur, con el Corredor Mediterráneo. Es el símbolo de todo lo que nos une”.
La llegada del AVE a Orihuela y Elche permitirá, en palabras del presidente de la Generalitat, cohesionar nuestro país, uniendo dos ciudades importantes con la capital, mejorar la conectividad dentro de la Comunidad Valenciana, y acercar Alicante al esperado Corredor Mediterráneo, “eso es lo que esperamos: que estas ciudades sean, en breve, dos paradas del Corredor Mediterráneo. Además, ha fijado como objetivo el avance de los trabajos de norte a sur, con especial énfasis en el tramo Xàtiva- La Encina. “Eso permitirá viajar en AVE entre Alicante y València y de Castelló a la Vega Baja.
El máximo responsable del Consell ha apuntado que “este nuevo tramo es algo más que una vía rápida a la capital”. “También abre la puerta a la mejora de los servicios de cercanías en Alicante, Villena, Elche y Orihuela”. Puig ha agradecido al Presidente del Gobierno su presencia y le ha recordado que las reivindicaciones de la Comunidad no son excluyentes, sino todo lo contrario. “Cuando exigimos inversiones para el Corredor Mediterráneo pensamos más allá, de la Comunitat Valenciana. Pensamos en una vía que sale de Francia y que llega a Algeciras, pasando por Murcia. Pensamos en esa España invertebrada”.
Por último, ha finalizado su discurso recordando que, “el tren callado de los sufrimientos”, que escribió Miguel Hernández en 1938, se convierte en 2021 en “el AVE moderno de las oportunidades con parada en la estación Miguel Hernández de Orihuela. “Hoy la Comunitat Valenciana se sube al tren de la vertebración. Hoy, la Vega Baja y Elche se suben al tren que merecían”, ha concluido
La magistrada apunta a irregularidades administrativas y al desequilibrio en la distribución del dinero, pero no aprecia ilícito penal