MADRID (EP). El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, sigue su ronda de contactos con varios dirigentes autonómicos para exigir un cambio del modelo de financiación y, de momento, ha hablado con las presidentas andaluza y balear, Susana Díaz y Francina Armengol, respectivamente
-ambas socialistas-, antes de su encuentro el sábado con el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. El objetivo es que la discusión del nuevo modelo no se convierta en "otro proceso de confrontación entre comunidades".
"No podemos resignarnos; en las próximas semanas se tiene que desatascar esta cuestión", ha subrayado Puig a preguntas de los periodistas a su llegada al stand valenciano de Fitur, en Madrid, tras recordar que hace uno año se reunió la Conferencia de Presidentes que acordó cambiar este año el modelo de financiación.
El 'president' ha criticado que el Gobierno "no haya sido capaz después de haber recorrido todo el proceso en la comisión de expertos", con vistas a "dar una solución y garantizar igualdad a los ciudadanos y reconocer la singularidad de los territorios". "Estamos muy defraudados", ha aseverado.
Pero como la Generalitat no quiere resignarse, Puig ha explicado que ha puesto en marcha una serie de iniciativas para acelerar el cambio de modelo, entre ellas varias reuniones con representantes de los grupos en el Congreso y con líderes políticos y su propia comparecencia en el Senado, en la comisión general de las comunidades autónomas, para explicar la posición de "exigencia" valenciana.
"He estado con Armengol y con la presidenta de Andalucía", ha explicado, para mostrarse abierto a "continuar trabajando con los presidentes" autonómicos. De momento, ha hablado "con alguno más" y este sábado, 20 de enero, tiene previsto hacerlo con Page, también socialista.
Con esta agenda, el presidente valenciano ha ahondado en su meta de que el nuevo modelo ayude al conjunto del sistema autonómico de España y "no solo a la Comunitat". "Somos conscientes de que la discusión de la financiación no puede convertirse en otro proceso de confrontación entre comunidades autónomas: "Ese no es el camino".
Por contra, la apuesta del Consell es "un camino que garantice la suficiencia de las comunidades para prestar los servicios básicos fundamentales", pero, al mismo tiempo, "con garantías para los ciudadanos". "No es un debate entre políticos, es un debate que afecta nuclearmente a la vida del los ciudadanos y al empleo", ha remachado.