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Promesas y presiones: el aparato del PPCV aprieta a los compromisarios para dejar atrás a Casado

13/07/2018 - 

VALÈNCIA. A una semana de que se inicie el congreso del PP que debe decidir quién es el nuevo líder del partido la tensión en la Comunitat Valenciana está alcanzando cotas difíciles de soportar para quienes participan en el proceso: los más de 300 compromisarios de esta región que tienen capacidad de votar en el cónclave y que deben elegir entre apoyar a Soraya Sáenz de Santamaría o a Pablo Casado.

El grueso de la dirección regional así como las cúpulas provinciales ya decidieron -en público o en privado- semanas atrás que su favorita en el proceso era la ex vicepresidenta del Gobierno. En estas circunstancias, la presión ejercida en la primera vuelta para que los cuadros intermedios trataran de controlar a los militantes que tuvieran a su alcance fue notable, pero ahora este marcaje se ha redoblado hasta un punto para algunos inaceptable. 

"Si no estás con nosotros ya sabes a qué atenerte", frases como estas han sido escuchadas por algunos compromisarios pendientes de repetir en su puesto en el próximo envite electoral. Así, mientras unos optan por distintos tipos de presión -en muchas ocasiones relacionadas con su futuro en las listas-, otros dirigentes del PPCV que apoyan a Sáenz de Santamaría prefieren utilizar las promesas, algunas más concretas y otras más etéreas. "No nos falles y nosotros no te fallaremos", era otro mensaje a un compromisario con el objetivo de obtener su respaldo a favor de la exvicepresidenta.

Un escenario que amenaza con abrir una herida abierta difícil de restañar para el PPCV en los 10 meses que quedan para las elecciones. A día de hoy, y pese a que distintas fuentes de ambos bandos se empeñan en arrogarse la mayoría de apoyos en la Comunitat, la realidad parece dirigida a una igualdad estrecha entre el número de compromisarios que respaldan a Soraya y  los que prefieren a Casado. La primera tendría a priori ventaja en Alicante,  el segundo en Castellón y en Valencia habría poco margen de diferencia. Un hecho que apunta a dejar una fractura en la estructura valenciana complicada de sellar independientemente de quien obtenga la victoria.

Voto por orden alfabético y no por territorios

Curiosamente, es posible que ni siquiera pueda concretarse en el congreso qué regiones y provincias apoyaron más a uno u otro. La candidatura de Casado solicitó, entre otras cuestiones, que no se separe a los compromisarios por territorios, sino que se someta la llamada a votación al orden alfabético. Una medida que tiene opciones de salir adelante y que, a juicio de esta candidatura, evitaría la presión y vigilancia de los distintos aparatos al dispersarse los votantes de cada región.

Una situación esta que incrementa la libertad de decisión de los compromisarios pero, al mismo tiempo, aumenta la incertidumbre de los equipos de los candidatos. Si no se puede constatar el resultado por territorios, no podrán comprobar siquiera donde obtuvieron mayor o menor respaldo. O lo que es lo mismo, quién les dijo la verdad sobre la situación de su región o provincia, quién infló las cifras o, simplemente, quién les dio gato por liebre.

Overbooking de cargos en el bando 'sorayista'

Otro dato interesante especialmente en la Comunitat Valenciana es el alto grado de implicación de altos cargos orgánicos en favor de Sáenz de Santamaría, algo que no se tradujo en una amplia diferencia en la votación de la militancia, dado que la exvicepresidenta logró el 43% de los votos frente al 38% del diputado palentino.

Ahora bien, la cantidad de dirigentes implicados con Soraya reduce el pastel si se produce la victoria de esta dirigente. Es decir, parece complicado que todos los que están remando en ese dirección vayan a tener recompensa, ni todos los que reciban promesas podrán verlas cumplidas. En la otra orilla, el respaldo a Casado de 'pesos pesados' en tierras valencianas ha sido menor, por lo que aumentan sus posibilidades de ser premiados.

 
¿Prometer o no prometer? Este es otro dilema en el duelo Soraya vs Casado. En la Comunitat Valenciana, el aparato del PPCV -en gran parte con la exvicepresidenta- sí está aplicando con fervor la promesa a cambio del voto. En cuanto al diputado palentino, desde su candidatura se continúa con la filosofía seguida con los militantes basada en alimentar el "voto libre".

Sin invitados: se vigila hasta el aplausómetro

Otra de las polémicas de los últimos días está relacionada con el rechazo por parte del Comité Organizador del Congreso (COC) a que haya invitados al cónclave. Hecho inédito que implica que no puedan presenciar las jornadas los militantes que no sean compromisarios.

Una medida justificada en el aforo del recinto y que ha sido cuestionada por la candidatura de Casado. La otra teoría que circula sobre este veto se fundamenta en evitar que exista una mayor cantidad de invitados por parte de una candidatura que influya en el cónclave a base de sus aplausos. Hasta eso se vigila en el proceso: sin duda, será una semana larga para el PP.

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